Uno de cada cuatro hospitales no aplica medidas preventivas contra la trombosis y la embolia en Cirugía Mayor Ambulatoria

Uno de cada cuatro hospitales españoles no incluye en sus rutinas habituales de Cirugía Mayor Ambulatoria procedimientos para la prevención de la enfermedad tromboembólica venosa (ETV) y dos de cada cinco centros hospitalarios no cuentan con una política establecida de actuación para evitar la aparición de complicaciones en el sistema circulatorio. Además, en los hospitales españoles no existen protocolos de actuación comunes para evitar este tipo de procesos patológicos.

La trombosis venosa profunda, con más de 65.000 casos registrados cada año, y los 24.000 fallecimientos causados por la embolia pulmonar, son dos de las manifestaciones más frecuentes de la enfermedad tromboembólica venosa, una de las patologías que más impacto socioeconómico produce en el sistema sanitario. Para observar las pautas profilácticas de hospitales españoles en las unidades de Cirugía Mayor Ambulatoria respecto a esta patología, se realizó la Encuesta sobre prevención de la enfermedad tromboembólica venosa en cirugía mayor ambulatoria, llevada a cabo por la Asociación Española de Cirugía Mayor Ambulatoria (ASECMA), con la colaboración de los Labotatorios Rovi, y cuyas conclusiones se acaban de presentar.

Baja profilaxis en Oftalmología, ORL y Urología

La encuesta, que contó con la participación de 75 centros hospitalarios españoles, analizó los procesos quirúrgicos en los que deberían tomarse habitualmente medidas preventivas. Los resultados muestran que uno de cada cuatro procedimientos del área de Oftalmología, ORL y Urología, no aplican habitualmente pautas de tromboprofilaxis en las intervenciones que realizan.

Más concretamente, los análisis de resultados muestran que el porcentaje de especialistas que emplean medidas preventivas no superó el 5 por ciento en el caso de Oftalmología (glaucoma, catarata e intervenciones en la retina) y el 3 por ciento en el caso de ORL (dismorfia septal, sinusitis y amigdalitis).

Esta tendencia se mantiene en Urología. El 25, 9 por ciento de las unidades de Cirugía Mayor Ambulatoria de esta área respondieron que no usaban habitualmente tromboprofilaxis. Además, menos del 10 por ciento de los urólogos consideró necesaria esta praxis para los casos de hidrocele o varicocele y porcentajes inferiores al 5 por ciento la aplican en las intervenciones de vasectomías, biopsias o quistes testiculares, entre otros.

En el área de Cirugía General, los procesos en que más se toman estas medidas son la colelitiasis y las hernias, con un 44 por ciento y un 25 por ciento de respuestas afirmativas respectivamente, aunque en términos generales sólo se apliquen en el 16 por ciento de las intervenciones.

Mayor cumplimiento en Cirugía ortopédica y vascular

Por su parte, los especialistas en Cirugía ortopédica-traumatológica y en Cirugía vascular son los más respetuosos con las pautas de profilaxis, ya que de los primeros solamente un 1,2 por ciento de los encuestados afirma no aplicar habitualmente ninguna medida preventiva y, en el caso de la Cirugía vascular, este porcentaje apenas supera el 7 por ciento.

Los profesionales del área de Cirugía ortopédica-traumatológica suelen emplear tromboprofilaxis en meniscopatía (53,1 por ciento), hallux valgus-juanetes (50,6 por ciento) y ruptura de ligamentos de rodilla (42 por ciento). Por su parte, los cirujanos vasculares optan por la prevención de la enfermedad tromboembólica venosa en el 25,9 por ciento de los casos de stripping y en el 19,7 por ciento de los procesos de ligaduras venosas.

Para la Cirugía plástica, menos del 10 por ciento de los encuestados afirmó emplear tromboprofilaxis en algunos de los casos tratados habitualmente en las unidades de Cirugía Mayor Ambulatoria. En la especialidad de Ginecología, un 13,6 por ciento de los encuestados afirmaron no usar profilaxis para la enfermedad tromboembólica venosa de forma habitual.

Tras la intervención quirúrgica, el estudio ha mostrado que el 60 por ciento de los especialistas mantiene entre cuatro días y dos semanas las medidas profilácticas de esta enfermedad, aunque en el 8,6 por ciento de las ocasiones, los especialistas de Cirugía Mayor Ambulatoria eliminaron las pautas preventivas un día después de la operación.

Hacia una política preventiva unificada

La encuesta demostró que en dos de cada cinco unidades de Cirugía Mayor Ambulatoria analizadas no existe una política de profilaxis específica para la enfermedad tromboembólica venosa. Esta ausencia, unida a la existencia de diversas medidas profilácticas y a la falta de un criterio unificado sobre la duración y el control del seguimiento del paciente, hacen necesario el establecimiento de un protocolo común de actuación en todos los centros hospitalarios. De esta forma se garantizaría una mejor atención al paciente y se evitarían las graves consecuencias socioeconómicas que se derivan de este tipo de trastornos vasculares, tal y como se apunta en las conclusiones de la encuesta.