Vacaciones sin accidentes, vacaciones seguras

Muchas caídas y ahogamientos en niños se podrían evitar si hubiera un adulto cerca de ellos, advierte la Asociación Española de Pediatría en Atención Primaria. En este reportaje te damos las claves para prevenir los traumatismos más frecuentes en verano, la época del año donde aumenta el tiempo de juegos y de riesgos. Disfruta de un divertido baño en la piscina o de un viaje en coche sin riesgos para tu pequeño.

En España, los traumatismos son la causa de muerte más habitual en los niños entre cinco y nueve años, muy por encima de la suma de los defectos congénitos, la neumonía, la meningitis, el cáncer y las enfermedades cardíacas juntas. Y en casi seis de cada diez casos por caídas, quemaduras, ahogos y sofocación no había ninguna vigilancia en el momento del accidente, lamenta la Asociación Española de Pediatría en Atención Primaria AEPap).

En el periodo estival y, sobre todo en vacaciones, aumentan los accidentes infantiles. En palabras del doctor Juan Ruiz, presidente de la AEPap, «al hacer mucha vida exterior, en lugares nuevos, se aumenta el riesgo de caídas y de otros traumatismos por parte de los más pequeños de la casa». En la mayoría de los casos, «el accidente se produce por la curiosidad de los niños, que entre cinco y nueve años les suele gustar experimentar».

Los traumatismos suceden «sobre todo en el hogar y suelen ser más frecuentes cuando los pequeños tienen hambre o están cansados, antes de las comidas o de la siesta», advierte el especialista. Otros factores de riesgo añadido son el «estar bajo el cuidado de una persona diferente a la habitual y desplazarse a un nuevo entorno, como una casa nueva o una residencia de verano», añade el doctor Ruiz.

En la mayor parte de estos casos, «los accidentes se podrían evitar», recuerdan los profesionales médicos de AEPap. Y es que, «los traumatismos suelen producirse cuando los padres se encuentran ocupados o no son conscientes de los nuevos riesgos que el niño va adquiriendo a medida que crece», advierte el especialista.

Verano y traumatismos: rompe el binomio

Todas las personas que van en los vehículos, pueden sufrir traumatismos por accidentes de tráfico. En los países de nuestro entorno las lesiones por accidentes de tráfico constituyen la primera causa de mortalidad infantil y, aún así, casi la mitad de los niños viajan sin las medidas de seguridad adecuadas para evitarlas. Según el Doctor Jorge Parise, miembro de la AEP, «en torno al 40 por ciento de los niños viajan sin los dispositivos de seguridad necesarios o haciendo un mal uso de ellos». Quizás por ello, los accidentes en general (con los de tráfico a la cabeza) siguen provocando el 53 por ciento de los fallecimientos infantiles de nuestro país.

Las principales causas de las lesiones que padecen los niños como consecuencia de estos accidentes de tráfico se dan a causa del incumplimiento de las recomendaciones de seguridad o de las normas de seguridad vial por parte de los niños y sus padres, así como una legislación inadecuada o anticuada y una falta de sanción del incumplimiento de la legislación.

No obstante, prevenir estos dramas -según los expertos- es cuestión de aplicar medidas sencillas como es el uso de las sillas, que evitarían el 75 por ciento de las muertes y el 90 por ciento de las lesiones. A pesar de que no todos los accidentes acaban en muertes «el 25 por ciento de los niños ingresados por lesiones presentarán secuelas definitivas que afectan al sistema nervioso central y a la esfera psíquica, alterando su desarrollo normal», según el Dr. Parise.

«Cuando salimos de viaje hay que empezar a prepararlo desde que se sale de casa y hasta que se llega al sitio de destino. Esto pasa, por tanto, por acondicionar el automóvil con todas las medidas de seguridad necesarias para que el niño vaya protegido», añade Parise.

El peligro en las piscinas

Uno de los accidentes evitables más frecuentes son los ahogamientos en piscinas o en las playas. De hecho, la segunda causa de mortalidad, de la Unión Europea, por lesiones de niños son los ahogamientos. Las piscinas es donde se produce un mayor número de accidentes, sobretodo en menores de cinco años. Muchos de estos pequeños se acercan a las piscinas en cualquier descuido que puedan tener los adultos, por eso hay que estar atentos una vez estamos cerca de cualquiera piscina.

Al contrario de lo que sucede en España, en el resto de países europeos están reguladas todas las medidas de prevención de accidentes y ahogamientos en las piscinas. «Si se ponen vayas de 1,20 metros y un buen cierre, se puede evitar un gran número de accidentes. También conviene enseñar a los niños a nadar, aunque esta medida no nos exime de la necesidad de vigilar al niño adecuadamente», subraya el Dr. Parise. En el caso de las piscinas de plástico, los especialistas recomiendan «vaciarlas después del baño, porque si se deja llena y sin vigilancia algún niño se podría ahogar». Mientras que en el caso del mar, las medidas deben extremarse aún más, siendo lo más recomendable que los adultos acompañen, en todo momento, al niño durante el baño.

Otros riesgos del verano evitables

La exposición al sol sin protección es otro de los riesgos a los que, «desgraciadamente, se enfrentan los niños cada año», lamente el doctor Ruiz. Por una parte, «los menores de tres años no deberían ser expuestos nunca al sol y a partir de esa edad es obligatorio un factor de protección solar superior a 30-40 y renovarlo cada dos horas de reloj», detalla el especialista. Además, «es conveniente protegerlos con sombrilla, gorras y camisetas». Se trata de hacer «doble protección».

Otro riesgo a prevenir son los golpes de calor, que afectan sobre todo a niños pequeños y a ancianos. Para prevenirlos, «es necesario darles líquido periódicamente, sobre todo agua fresca; no exponerlos al sol en las horas de más calor; ponerles sombrero si juegan al aire libre, y mantenerlos en habitaciones frescas», detalla el especialista.

Otra amenaza de los más pequeños son las diarreas, producidas en verano por una infección de origen bacteriano. El relax en los hábitos alimentarios, el calor y a veces la falta de higiene pueden favorecer la aparición de ciertas bacterias, como la salmonella o la menos conocida «Shigella», causantes de la diarrea aguda. Lo habitual es que dure menos de una semana; no obstante, se considera absolutamente normal una diarrea que se prolongue un máximo de dos semanas. En todos los casos, la hidratación y una alimentación normal constituyan los pilares un buen tratamiento, recuerda la AEPap.

La otitis también es más frecuente en esta época del año, sobre todo «si el niño es un apasionado del agua, principalmente de las piscinas ya que el cloro afecta la flora bacteriana normal que habita el oído, así como las continuas zambullidas y la entrada brusca del agua en las fosas nasales». En otras ocasiones, la otitis puede deberse a la utilización de bastoncillos para limpiar los oídos, que traumatizan el conducto, o cuerpos extraños que los niños se introducen. Esta afección se presenta generalmente poco tiempo después de las actividades acuáticas y se caracteriza por dolor intenso y picazón del oído.

En estos casos, lo recomendable es acudir al centro de salud más cercano para que el pediatra verifique los síntomas.

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