Vacunas: la mejor arma de prevención

01Mar. 01

La primera campaña de vacunación en España se produjo en Cataluña hace ya doscientos años. Desde entonces la investigación en este campo de la medicina ha sido incesante. Como contraste, enfermedades consideradas benignas, como la varicela, se han ido quedando fuera de las campañas de vacunación.

El nuevo siglo se abre con perspectivas optimistas ante la próxima aparición de nuevas vacunas: antineumocócica, tosferina en adolescente y adulto; y la constatación de que enfermedades como la viruela, el sarampión y la poliomielitis están controladas, e incluso erradicadas, en determinadas zonas del mundo. La higiene, el saneamiento público, el mejor estado nutricional y la sistematización de las cartillas vacunales han tenido mucho que ver en la reducción de la morbimortalidad de estas enfermedades infecciosas.

Pero la comunidad científica internacional es consciente de que no es posible relajar la actitud ante este tipo de patologías. En las últimas décadas han aparecido nuevas enfermedades infecciosas como la legionelosis y el SIDA, pero tambíen nuevos casos de otras que se daban por controladas e incluso desaparecidas al menos en Europa, como es el caso de la tuberculosis (muy asociada al SIDA y a las drogodependencias), la difteria, el paludismo o el dengue.

El caso de la varicela

Y al mismo tiempo que se investiga y se avanza en nuevas vacunas potentes frente a estas graves enfermedades, los médicos y los pediatras han obviado la necesidad de incluir en los calendarios vacunales patologías como la varicela, considerada como benigna, sin consecuencias graves.

Habría que empezar diciendo que la dolencia la provoca el virus varicela- zóster, perteneciente al grupo de los virus del herpes. Si la varicela la contrae la mujer gestante puede haber transmisión intrauterina que, de producirse en los cinco primeros meses de gestación, puede ocasionar retraso de crecimiento intrauterino, cicatrices cutáneas, alteraciones en las extremidades o defectos oculares, entre otras consecuencias.

En España se producen más de mil hospitalizaciones anuales a consecuencia de la varicela y ocasiona de cinco a seis muertes en niños menores de 10 años. Estas muertes se deben a las complicaciones de la varicela, que también tienen repercusión en el adulto. Las complicaciones de la varicela son más frecuentes en niños menores de dos años, en pacientes inmunodeprimidos (donde la mortalidad oscila entre el siete y el 20 por ciento de los casos) y en adultos.

Pueden producirse complicaciones cutáneas secundarias como infecciones secundarias de la piel; neurológicas, como encefalitis; respiratorias: otitis media, neumonía y hemorrágicas.

Información reciente

Todos estos datos no han empezado a manejarse en España hasta que, recientemente, se han realizado dos estudios epidemiológicos. Uno desde el ámbito hospitalario, donde se han detectado y analizado las secuelas mencionadas y otro desde la perspectiva de Atención Primaria, donde se ha cuantificado el costo sociosanitario de esta enfermedad: 10.000 pesetas por paciente al año.

Existe una vacuna contra la varicela desde hace 25 años, que en Europa sólo se administra en hospitales a pacientes inmunodeprimidos, mientras que en Estados Unidos se ha incluido en el calendario vacunal hace ya dos años.

Por ello el Grupo Europeo para la Vacunación contra la Varicela y la Asociación Española de Pediatría investigan y promueven campañas de recomendación para la inclusión de esta vacuna en el calendario, para administrarla con la polivalente en niños de año y medio; y todavía se baraja la posibilidad de recomendar una segunda dosis hacia la edad adolescente.

La Asociación Española de Pediatría está convencida de que en un breve período de tiempo, quizá este mismo año, la Unión Europea -y con ella España- adopte esta medida de prevención.