10Abr. 17
¿Sabes en qué consiste la vasculitis? Te explicamos cuáles son los tipos y qué habitos deben seguir los pacientes.
Las vasculitis son un conjunto de síndromes heterogéneos caracterizados por la inflamación de los vasos sanguíneos. Según la localización de dicha inflamación, se producen las diferentes manifestaciones clínicas, las cuales también dependen del proceso inflamatorio de la vasculitis por sí misma.
Tipos de vasculitis
Hay varios subtipos, entre los cuales algunos son parecidos y otros muy distintos. En general, los pacientes de cualquier edad se pueden ver afectados; sin embargo, hay subtipos más característicos según el grupo de edad:
** Niños: la enfermedad de Kawasaki o el síndrome de Henoch-Schönlein son los más frecuentes.**
Personas ancianas: suele ser habitual la arteritis de células gigantes.
Además, hay otros tipos como la enfermedad de Behçet,[arteritis](https://www.medicinatv.com/enfermedades/arteritis- temporal/) de Takayasu o vasculitis ANCAs positivas, entre otras.
Síntomas de vasculitis
Los síntomas generales de la vasculitis son:
fiebre
cansancio
pérdida de peso
afección del estado general
**En algunos subtipos aparecen úlceras orales dolorosas, distintos tipos de lesiones en la piel o signos clínicos de vías respiratorias altas (sinusitis), incluso hormigueos en extremidades. **
**En concreto, los pacientes en edad pediátrica suelen presentar manchas en la piel purpúricas, dolor abdominal y en las articulaciones. **Por su parte, los pacientes de mayor edad deben acudir al médico ante un dolor de cabeza intenso de reciente comienzo, dolor en hombros o en muslos, pérdida transitoria de visión o visión doble.
Hábitos saludables que debe seguir los pacientes
Medicación ajustada a cada caso: los síndromes son muy distintos y la medicación ha de ajustarse al subtipo concreto del que se trate, grado de afectación sistémica que se tenga y peculiaridades de cada paciente. En general, el tratamiento más utilizado son los corticoides y en muchos casos se acompañan de inmunosupresores, e incluso, se pueden tratar con fármacos biológicos.
Seguimiento por parte del reumatólogo: en estos casos, el seguimiento por parte del reumatólogo es fundamental para vigilar de forma rigurosa la evolución de la enfermedad e ir ajustando el tratamiento de acuerdo a las manifestaciones de cada vasculitis. La frecuencia de las visitas depende del grado de gravedad de cada síndrome y estas se irán espaciando en función de la mejor evolución. Sin embargo, hay que destacar que los pacientes pueden lograr la remisión total, a pesar de que su afectación sea grave.
Acudir sin cita previa: independientemente de la consulta programada con el médico que hace el seguimiento programado, en caso de reactivación de la enfermedad se debe acudir sin cita previa ya que las consecuencias de un retraso terapéutico pueden llegar a ser muy graves.
Cuida la alimentación y evita la obesidad: es necesario llevar una dieta equilibrada y saludable, sobre todo, unos medicamentos que pueden provocar cambios metabólicos y favorecer el aumento de peso. Por ello, hay que combatir el sobrepeso y la obesidad para evitar peores consecuencias. Además, aquellos que tengan afectación de riñón deben tener precaución con el consumo de sal.
Practicar ejercicio físico si la enfermedad está controlada: la actividad física es beneficiosa, pero en estos pacientes su práctica depende de la situación concreta de cada enfermedad. Los pacientes pueden hacer ejercicio regularmente durante un período de control de la enfermedad, pero se desaconseja en los momentos de actividad de la misma.
Hacer reposo: cuando la enfermedad esté activa se recomienda estar en reposo. En este sentido es importante descansar y dormir un número de horas suficiente, por ejemplo, los niños que se encuentran en brotes de la patología deben hacer reposo y no acudir al centro escolar.
Cuidado durante el embarazo: aunque se debe advertir que hay pocos casos de vasculitis de mujeres en edad fértil, es importante tener en cuenta este aspecto y tomar las medidas de precaución necesarias en lo relacionado con la medicación. Algunos fármacos, por sus posibles efectos secundarios, son desaconsejables e incluso se deberían suspender; mientras que otros tipos, como los corticoides, sí que se podrían administrar durante el período de gestación. En cualquier caso, se debe hablar con el médico para que tenga en cuenta el mejor abordaje posible.
Ser positivo: con un manejo adecuado por parte del médico y con un tratamiento correcto, la mayoría de las vasculitis logran una evolución aceptable. Sí es cierto que algunos tipos se cronifican, otros evolucionan en brotes y otros se curan, pero es importante lanzar un mensaje positivo y esperanzador para los pacientes.
** **Dejar defumar: un estudio publicado en una revista científica internacional indica que el hecho de haber fumado aumenta de forma significativa el riesgo de padecer arteritis de células gigantes, así como la enfermedad de Buerguer.
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