Vitrificación de óvulos: La revolución de la maternidad

La vitrificación de óvulos se ha convertido en la técnica actual con mayor índice de eficacia en la preservación de la maternidad

Desde 2007, cuando se realizara por primera vez en España, la vitrificación de óvulos ha perdido del todo su carácter experimental para convertirse en la técnica actual con mayor índice de eficacia en la preservación de la maternidad.

Sin embargo, a pesar de haber supuesto uno de los avances más notables en el desarrollo de la reproducción asistida, continúa siendo la gran desconocida del público. La técnica consiste en congelar los óvulos femeninos mediante un método ultrarrápido, que sustituye al tradicional, con el objetivo de que la mujer pueda posponer su maternidad hasta el momento en que considere oportuno.

De esta manera, el reloj biológico pierde una nueva batalla frente a la ciencia y la futura madre se asegura el embarazo con óvulos propios y con la pareja deseada en el momento adecuado, aspectos que la diferencian de la vitrificación de embriones.

Posponer el embarazo con total libertad y salud

Lo que sin duda marca la diferencia entre este y otros tratamientos es el mayor índice de probabilidad de librar al futuro hijo de enfermedades hereditarias, gracias a tratamientos complementarios como el Diagnóstico Genético Preimplantacional. La alteración de los cromosomas de los óvulos se produce en un 50% una vez cumplidos los 40 años y este porcentaje continúa subiendo peligrosamente a medida que aumenta la edad de la gestante. Al vitrificar los óvulos se conserva la misma calidad y características hasta el momento que se decida ser madre, ofreciendo la tranquilidad de tener hijos saludables en el futuro.

En un principio este tratamiento se desarrolló pensando en las mujeres que por motivos de enfermedad veían peligrar su opción vital de ser madres. Es el caso de las pacientes afectadas por los efectos secundarios de tratamientos contra el cáncer, quimioterapia y radioterapia, que pueden llegar a producir daños irreversibles en los óvulos.

Esta opción ha quedado ampliamente superada hoy en día por motivos socioculturales. El acceso universal de la mujer al mercado de trabajo, su mayor implicación en puestos de responsabilidad en la empresa, así como la dificultad para encontrar pareja estable han hecho de la vitrificación un aliado útil y muchas veces imprescindible para la maternidad.

Vitrificación, ¿una realidad para todas?

La Directora Médica de Clínicas Eva, Isabel Santillán, explica que, además, otras mujeres afectadas por endometriosis (aparición de tejido endometrial fuera del útero), enfermedades del colágeno (artritis y lupus, entre otras), por algunas dolencias del sistema autoinmune, y también aquellas pacientes a quienes ha sido extirpado un ovario pueden someterse con garantía de éxito a una vitrificación de óvulos.

El proceso, explica la ginecóloga, consiste en estimular la producción de óvulos. Una vez que ésta se ha producido, se extraen mediante una punción indolora y rápida y se trasladan al laboratorio para proceder a la vitrificación. Se mantienen conservados en nitrógeno líquido, tras ser sumergidos súbitamente a una temperatura de -196ºC. De esta manera se evita la creación de cristales de hielo, responsables del daño en las estructuras celulares del óvulo. Estos pueden mantenerse congelados indefinidamente hasta el momento que se decida utilizarlos.

Esta técnica puede solicitarse a partir de los 20 años y la edad límite dependerá de cada caso concreto, aunque la doctora Santillán recuerda que a los 35 es cuando comienza a disminuir la producción de óvulos.

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