Vivir cerca de la naturaleza es positivo para el desarrollo de los niños, según un estudio

Un equipo de investigadores ha comprobado en dos estudios que los niños desarrollan mejor su capacidad de atención si viven rodeados de naturaleza y que vivir en un hogar pequeño y con poca calidad de vida repercute en un mayor riesgo de estrés psicológico.

Un estudio de la Universidad de Cornell, en EE.UU, concluye que una casa rodeada de naturaleza ayuda a los niños a desarrollar su capacidad de atención. El mismo estudio afirma que vivir en una casa espaciosa y con un alto nivel de calidad de vida, tiene un efecto positivo en el desarrollo de los pequeños, mientras que un piso pequeño y en malas condiciones puede perjudicarles. Otro estudio de los mismos autores también sugiere que los adultos con problemas mentales que se mudan a una casa en mejores condiciones, experimentan una mejoría.

Aunque la muestra del primer estudio es muy reducida (sólo 17 niños), según la doctora Nancy Wells, profesora en dicha Universidad, «los resultados son muy significativos». Los niños que fueron trasladados desde hogares de bajo estatus, a casas de alto estatus, mejoraron su rendimiento en función de la cantidad de naturaleza que rodeaba sus nuevos hogares.

Para llegar a tal conclusión, los investigadores midieron la cantidad y calidad de las zonas verdes próximas a sus antiguos hogares y cerca de sus nuevas casas y realizaron a los niños un cuestionario de la Escala de Evaluación de Desórdenes de Déficit de Atención, estándar en Estados Unidos.

«Los resultados», explica Wells, «sugieren que el medioambiente y el lugar de residencia juegan un papel en el bienestar de los niños más importante de lo que hasta ahora se había reconocido».

Calidad de la vivienda y salud mental

El otro estudio de este equipo de la Universidad de Cornell presentado recientemente, investiga la relación entre la calidad de la vivienda y la salud mental y ha sido publicado en el Journal of Consulting and Clinical Psychology.

La doctora Wells y su equipo han observado los niveles de calidad del hogar de 207 mujeres de estatus económico bajo y medio, con al menos un niño, registrando también los niveles de estrés psicológico. Además, el estudio incluyó a 31 mujeres de bajo estatus económico a las que se les invitó a mudarse temporalmente a casas con un alto nivel de calidad de vida.

«Hemos encontrado de forma consistente que la calidad del hogar afecta a la salud mental, ya que una casa de mejor calidad se relaciona con menores niveles de estrés psicológico», afirma la doctora Wells, lo que muestra también la relación entre ingresos económicos y salud mental. Una conclusión que en su opinión «debería animar a los legisladores y políticos a promover la mejora de la vivienda en familias de ingresos bajos y moderados». El trabajo ha contado también con la colaboración de la Universidad de Michigan y el Instituto Nacional para la Salud de los Niños y el Desarrollo Humano de Estados Unidos.