Cerca de 450.000 españoles sufre celiaquía o intolerancia permanente al gluten según diagnóstico médico, una proteína presente en ocho de cada diez alimentos manufacturados que se venden en las tiendas de alimentación y grandes superficies, y cuya ingestión puede producirles lesiones en las vellosidades intestinales de gravedad.
Actualmente, la variedad de síntomas clínicos en algunas personas o la confusión con otras patologías hace que sólo se diagnostique uno de cada diez casos en nuestro país, y que el resto de personas siga sufriendo molestias intestinales -diarrea, vómitos, pérdida de peso en niños y dolor abdominal, entre otros- atribuidas erróneamente al estrés nervioso, a algo que nos ha sentado mal o a una mala digestión, según especialistas.
Para poder llevar una dieta segura, sana y equilibrada, los celíacos deben ingerir alimentos sin gluten, actualmente mucho más caros que el resto de productos necesarios en la cesta de la compra, lamenta Pablo Portillo, gerente de la Federación de Asociaciones de Celíacos de España (FACE). «Si una persona que no padece la enfermedad celíaca gasta 12,58 euros a la semana en alimentación, el celíaco necesita gastarse 46 euros semanales. Esto se traduce en que los afectados por la patología se gastan en la cesta de la compra tres veces y media más que el resto de la población española», asegura Portillo.
Etiqueta sin gluten, ¿me puedo fiar?
Para las personas con celiaquía, «la alimentación es su única medicación, por lo que deben asegurarse que los alimentos que tomen sean totalmente seguros para su organismo; aunque actualmente existe todavía muchos productos cuyo etiquetado anuncia «sin gluten» y que no cumplen los mínimos seguros para nosotros», denuncia Carlos Bravo, coordinador de proyecto de la FACE.
Y es que, la actual normativa europea de etiquetado obliga a las empresas a etiquetar «sin gluten» o «apto para la dieta sin gluten» a todos los productos que tengan controlada a esta proteína. Pero esto «no significa que tenga un contenido de gluten inferior a las 20 partes por millón», advierte Portillo, es decir, «la cantidad que no resulta perjudicial para la mayoría de celíacos». De hecho, así lo ha vuelto a demostrar un reciente estudio del doctor Carlo Catasi, sobre los límites seguros del gluten.
Así, al problema del gasto económico se une la confusión o falta de seguridad al cien por cien, a la hora de adquirir productos. Para contrarrestar este problema, la Federación de Asociaciones de Celíacos creó hace ocho años la marca de garantía «Controlado por la FACE», una manera de romper con el desconocimiento de la enfermedad celíaca por parte de las empresas, destaca Portillo, y para una mayor tranquilidad del celíaco.
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