Un nuevo estudio internacional ha concluido que administrar un fármaco ya disponible en las mujeres que han sufrido un cáncer de mama que han tomado cinco años tamoxifeno después de la cirugía, aumenta su supervivencia y reduce las posibilidades de que el tumor vuelva a reaparecer. La decisión de administrarlo depende del médico oncólogo y de la paciente, según un especialista.
Las mujeres postmenopáusicas con cáncer de mama primario que han tomado durante cinco años tamoxifeno después de la cirugía pueden beneficiarse de un tratamiento adyuvante que puede mejorar su supervivencia a partir de esos cinco años. Se trata de letrozol, un fármaco ya disponible en nuestro país para otras indicaciones y que ahora, según el reciente estudio internacional MA-17 en el que han participado hospitales de EE.UU, Canadá y la Unión Europea; conocemos que disminuye un 43 por ciento el riesgo de reaparición del tumor en estas pacientes y aumenta un seis por ciento su supervivencia.
Según el doctor Pere Gascón, Director del Servicio de Oncología Médica y Coordinador científico del Instituto Clínico de Enfermedades Hemato- Oncológicas (ICMHO) del Hospital Clínico de Barcelona, «las mujeres con el tumor eliminado con o sin ganglios positivos, tienen un porcentaje de recaída que puede llegar hasta un 25-30 por ciento, de ahí surgió el concepto de tratamiento adyuvante con tamoxifeno tras acabar la quimioterapia», añade, con el objetivo de reducir este riesgo.
Letrozol, continúa el doctor Gascón, «inhibe a la aromatasa, que es la enzima que hace pasar de andrógeno a estrógeno, por lo que el tumor, al no tener este estimulante, no crece y el propio cuerpo se encarga de eliminar las células que o bien desaparecen o están en un estado de inactividad compatible con una vida normal».
Un fármaco así era necesario, en opinión de este especialista, porque «aunque el tamoxifeno había dado grandes resultados disminuyendo las recaídas y aumentando la supervivencia durante ese tiempo, después de cinco años se vio que no añadía nada. Y las enfermas siguen recayendo, por lo que teníamos que encontrar algún fármaco para dar a partir de estos cinco años», explica.
Los resultados que arroja el fármaco (reduce un 43 por ciento las recaídas y aumenta la supervivencia un seis por ciento) «son extraordinarios» según el doctor Gascón. Y sus efectos secundarios son leves y están relacionados sobretodo con la reducción hormonal. Letrozol está contraindicado en pacientes con hipersensibilidad conocida a este fármaco y generalmente es bien tolerado. Algunos de sus efectos adversos son dolor óseo, sofocos, dolor de espalda, náusea, disnea, fatiga, tos, estreñimiento, dolor torácico y cefalea.
¿Qué decisión deben tomar el oncólogo y la paciente?
Para el doctor Pere Gascón, la postura correcta que debe tomar el médico a la luz de los resultados de este estudio es «informar a todas las enfermas, después de acabar los cinco años de tratamiento con tamoxifeno, de los resultados de este estudio con sus pros y sus contras». El principal problema, en su opinión, es que muchas mujeres serán reacias a seguir tomando otra pastilla diaria, «después de cinco años con Tamoxifeno están muy cansadas y se sienten esclavas de esa pastilla que les recuerda que tuvieron un enfermedad», reconoce este especialista.
Sin embargo, «hay que explicarle a nuestra paciente que la supervivencia con este fármaco mejora un seis por ciento, que es una cifra extraordinaria», y cita encuestas que afirman que «la mayoría de mujeres con cáncer de mama preferirían seguir con quimioterapia si aumenta su supervivencia», por lo que no debería ser un problema conseguir su apoyo a este tratamiento con sólo leves efectos secundarios en su opinión, «aunque empezar a dar a la mujer letrozol sin explicación no es correcto», subraya este especialista.
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