¿Y después de un infarto qué?

Las enfermedades del corazón son una causa constante de preocupación entre la población, ya que siguen siendo en las sociedades occidentales una de las patologías más frecuentes y con mayor índice de mortalidad.

El infarto agudo de miocardio consiste en la muerte de una porción del músculo cardiaco causada por una obstrucción de las arterias coronarias (las arterias que llevan sangre al corazón). Afortunadamente, la parte del músculo cardíaco que permanece sano después del infarto realiza el trabajo de bomba necesario, de tal forma que el paciente puede llevar una vida perfectamente normal.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la rehabilitación como el conjunto de métodos que tienen por objeto devolver a los pacientes el máximo de posibilidades físicas y psíquicas, permitiéndose recuperar la vida normal social, familiar y profesional. El infarto es una emergencia médica que requiere asistencia inmediata. Pero una vez pasado el periodo hospitalario se ha de conseguir que la persona que ha padecido un infarto agudo de miocardio lleve una vida normal. Esta es la finalidad de todo plan de tratamiento y para ello la Sección de Cardiopatía Isquémica y Unidades Coronarias de la Sociedad Española de Cardiología ha publicado la Guía del enfermo coronario con el objetivo de informar a la población sobre qué conlleva padecer un infarto de miocardio. Esta guía pretende disminuir la angustia ante lo desconocido y sobre todo intenta concienciar al paciente a tomar parte activa en sus cuidados a través de una serie de recomendaciones. Estas recomendaciones, dirigidas a realizar un cambio en el estilo de vida de postinfartado, abordan desde la necesidad de dejar de fumar hasta la actividad laboral, entre otros muchos aspectos.

En este sentido, el doctor Emilio Marín Huerta, Jefe de Sección del Servicio de Cardiología del Hospital Ramón y Cajal de Madrid y Secretario de la Sociedad Española de Cardiología considera que «España tiene una posición de privilegio en cuanto a la incidencia de enfermedades cardiovasculares, ya que al igual que otros países del área mediterránea disponemos de una alimentación basada en la dieta mediterránea». Dieta que favorece la menor incidencia de enfermedades cardiovasculares. Asimismo, el doctor Marín considera que «hay que luchar contra todos los factores de riesgo cardiovascular por igual y que el hecho de haber sufrido un infarto no significa que quede reducida la esperanza de vida del paciente, sino que controlando los factores de riesgo se pueden tratar todas las situaciones hasta las más complicadas». Según el doctor Marín, es importante la colaboración de los familiares, «los familiares deben saber en que consiste la enfermedad y cómo ayudar en la elaboración de una dieta correcta o en el abandono del tabaco».

Recomendaciones de la SEC:

– Si usted es fumador, dejar de fumar es absolutamente imprescindible

Esta es la primera medida a tomar ya que los fumadores tienen un riego elevado de presentar enfermedad coronaria. El objetivo es el abandono por completo del tabaco. Para ello, es fundamental que el paciente esté informado sobre los daños que ocasiona el tabaco y los beneficios que se pueden obtener si deja su adicción. El riesgo de sufrir un infarto es proporcional al número de cigarrillos que se fuma al día y al número de años de hábito tabáquico. El uso de filtros y de cigarrillos bajos en nicotina no ha demostrado disminución del riesgo. Los pacientes con enfermedad coronaria que dejan de fumar viven más años que los que continúan fumando.

Por desgracia, abandonar el tabaco no es fácil. Muchos pacientes requerirán ayuda que se les puede ofrecer en una consulta especializada de tabaquismo. También se debe evitar el tabaquismo pasivo.

– Controle su peso y el nivel de colesterol

Hay que reducir el consumo de alimentos ricos en [colesterol](https://www.medicinatv.com/reportajes/chat-sobre-el- colesterol-281/ "colesterol") y grasas saturadas: yemas de huevo, leche completa y sus derivados, carnes grasa, mariscos, embutidos y vísceras. Es recomendable la utilización de vegetales, legumbres, fruta, carnes magras, aves, pescado, leche descremada, margarina vegetal y aceites vegetales como el de oliva, girasol o maíz. Si es hipertenso, es necesario realizar una dieta sin sal y, si es diabético, siga las recomendaciones en cuanto a tratamiento, dieta y ejercicio que el médico endocrinólogo le ha indicado.

– El deporte beneficia a su corazón

Se aconseja la realización de ejercicio porque puede aportar una serie de beneficios pero siempre bajo la supervisión de su cardiólogo. Hacer bicicleta, nadar o pasear al aire libre son los ejercicios más recomendados evitando los sobreesfuerzos y las temperaturas extremas.

– Tómese su trabajo con tranquilidad

Su cardiólogo le indicará si su capacidad física le permite volver a su trabajo habitual. En circunstancias normales, usted podrá volver al trabajo pero procurando no obsesionarse con el trabajo.

– Reanude gradualmente su actividad sexual

Los pacientes presentan un gran temor a que durante el coito pueda parecer un nuevo infarto. Conviene que espere un lapso razonable de tiempo antes de empezar a retomar gradualmente sus actividades sexuales habituales. Si no hay contraindicaciones médicas se puede reanudar esta actividad a partir de la segunda semana, comenzando paso a paso sin obsesionarse.

– Tranquilo al volante

Es preferible no conducir durante las primeras semanas por el estrés que produce, pero una vez superado este periodo se puede volver a conducir pero siempre y cuando no suponga una sobrecarga emocional y los trayectos sean pequeños.

– Controle sus emociones, aprenda a relajarse

Sería conveniente reducir el estrés y aprender a relajarse practicando alguna técnica de relajación o de autocontrol. En general no debe obsesionarse con el tiempo ni con el trabajo.

Y como recomendación final recuerde: lo primero es SU CORAZÓN.