Los retinoides son un tipo de moléculas químicamente relacionadas con la vitamina A o retinol. Se emplean, principalmente, debido a su acción sobre el crecimiento de las células epiteliales. Entre los retinoides podemos encontrar el retinol, la tretinoína o ácido retinoico y la isotretinoína.
Algunos de ellos están disponibles como formulaciones de administración por vía oral, como la isotretinoína.
Otros forman parte de formulaciones tópicas, como el retinol y la tretinoína.
En este vídeo, el Consejo General de Colegios Farmacéuticos explica los principales puntos que debes tener presentes a la hora de utilizar los retinoides.
Para qué se utilizan los retinoides
Actualmente, están indicados para el tratamiento del acné, la psoriasis, el fotoenvejecimiento y la deficiencia de vitamina A, así como para enfermedades más graves como el linfoma cutáneo de células T.
Cuando se utilizan para la formulación de los cosméticos, los retinoides tienen muchos beneficios a nivel cutáneo. De hecho, son imprescindibles en todas las rutinas de cuidado de la piel y a cualquier edad, ya que:
Aceleran la renovación de las células de la piel.
Reducen las líneas de expresión.
Alisan y unifican el tono de la piel.
Protegen del daño oxidativo.
También se utilizan para tratar problemas de pigmentación, como el melasma o la hiperpigmentación postinflamatoria. Además, tienen actividad antiinflamatoria e inmunomoduladora.
¿Cómo se utilizan los retinoides?
Cualquier persona puede utilizarlos, independientemente de su sexo o edad. Sin embargo, el uso de retinoides tópicos durante el embarazo y la lactancia está desaconsejado. Los retinoides están disponibles en diferentes concentraciones y formulaciones. No es lo mismo utilizar ácido retinoico que el retinol puro o un éster. No podemos comparar concentraciones entre diferentes retinoides. Si comparamos productos con retinol puro, por ejemplo, nos encontramos con que los productos de mayor concentración pueden dar resultados visibles en menor tiempo, pero también pueden irritar la piel. Hay que introducirlos poco a poco y siempre sobre la piel bien seca y limpia.
Siempre se recomienda empezar con las concentraciones más bajas a días alternos e ir aumentando el uso en función de cómo vaya reaccionando la piel (de la tolerancia). En el caso de necesitar altas concentraciones de retinoides para tratar un problema cutáneo determinado, lo aconsejable es acudir al dermatólogo.
Posibles efectos secundarios
De entre los efectos adversos más frecuentes tras la aplicación de retinoides encontramos la sequedad, la irritación, el enrojecimiento. También pueden producir picor o descamación cutánea. Sin embargo, estos efectos son menos probables al:
Utilizarlos en concentraciones bajas.
Elegir presentaciones que, además de retinoides, incluyen agentes calmantes o hidratantes.
Es importante alternar el tratamiento con retinoides con productos regenerantes o cremas de transición que provoquen confort y mejoren la adherencia. Dado que aumentan la renovación de las células de la piel, pueden producir inflamación, aumentando el riesgo de sufrir quemaduras solares. Por lo tanto, se recomienda utilizarlos en principio de noche. Si se emplean de día, deben aplicarse siempre con un factor de protección solar de amplio espectro.
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