Las enfermedades cardiovasculares representan la primera causa de mortalidad, pérdida de años y calidad de vida. La Organización Mundial de la Salud define las enfermedades cardiovasculares como un grupo de desórdenes del corazón y de los vasos sanguíneos. Entre ellos:
La cardiopatía coronaria o enfermedad de los vasos sanguíneos que irrigan el músculo cardiaco.
Las enfermedades de los vasos sanguíneos que irrigan el cere o cerebrovasculares.
Las arteriopatías periféricas que afectan a los miembros superiores e inferiores.
Trombosis venosas profundas y embolias pulmonares, entre otras patologías.
Enfermedades cardiovasculares en mujeres
Si nos fijamos en esta realidad con una perspectiva de género y sexo nos encontramos con las siguientes claves:
En España, cada 8 minutos muere una mujer por enfermedad cardiovascular, mientras que los hombres mueren más por cáncer, según datos de la Fundación del Corazón.
Aunque el infarto de miocardio clásico es tres veces más común en hombres que en mujeres en edad avanzada, está aumentando el número de mujeres por debajo de los 65 años que sufren infarto de miocardio.
Las enfermedades cardiovasculares en mujeres se producen entre 7 y 10 años más tarde que en los hombres.
Las diferencias entre hombres y mujeres se relacionan con los diferentes procesos biológicos que se desarrollan a lo largo del ciclo de la vida, especialmente por las diferencias hormonales, cuyas variaciones provocan cambios en la incidencia y la prevalencia de las enfermedades cardiovasculares.
Síntomas más comunes en mujeres
El síntoma más común del ataque cardíaco es el mismo en las mujeres que en los hombres: el dolor en el pecho, presión o incomodidad que dura poco, o aparece y desaparece. Sin embargo, en las mujeres, el dolor en el pecho no siempre es intenso, por lo que suele pasar desapercibido y ser descrito como una presión u opresión.
Además, las mujeres presentan otros síntomas, que no están relacionados con el dolor torácico o la sudoración excesiva o diaforesis, característicos del hombre. Síntomas como dolor interescapular; molestias en el cuello, la mandíbula, los hombros o la parte superior del abdomen; dificultad respiratoria; náuseas o vómitos; aturdimiento o mareo; cansancio inusual o acidez gástrica.