La salud mental de las adolescentes: una realidad preocupante
La salud mental es un estado de bienestar que nos permite afrontar el estrés, desarrollar nuestras capacidades y contribuir a la sociedad, según la Organización Mundial de la Salud. Sin embargo, cuando analizamos la salud mental desde una perspectiva de género, encontramos diferencias significativas entre hombres y mujeres, especialmente en la infancia y la adolescencia.
Las adolescentes son más propensas a experimentar problemas de salud mental, como depresión, ansiedad y riesgo de suicidio, en comparación con los chicos de la misma edad. Diversos estudios evidencian esta disparidad:
Depresión: La prevalencia de la depresión es el doble en mujeres que en hombres, manifestándose con mayor frecuencia a través de trastornos alimenticios, automutilación, tristeza, angustia, desesperanza y frustración. Estas emociones, al cronificarse, pueden tener consecuencias devastadoras.
Ansiedad: Un 75% de los trastornos de ansiedad se inician en la niñez y la adolescencia, afectando en mayor medida a las chicas.
Suicidio: Aunque el suicidio se asocia comúnmente a hombres adultos, en la adolescencia la realidad es diferente. El 50% de los suicidios en esta etapa corresponden a mujeres, una cifra alarmante que ha aumentado un 32% en los últimos años. Además, el 7% de las adolescentes contempla la posibilidad del suicidio, lo que subraya la importancia de la prevención.
Un estudio de la Sociedad Española de Urgencias de Pediatría (2021) reveló que en tan solo 9 meses se registraron 281 tentativas de suicidio por intoxicación, siendo las chicas el 90% de los casos, con una edad media de 14,8 años.
¿Cuáles son los factores de riesgo que pueden llevar a una adolescente a tener ideaciones suicidas?
Acoso escolar (ciberacoso o bullying): El acoso escolar, ya sea físico o psicológico, puede tener consecuencias devastadoras en la salud mental de las adolescentes, aumentando el riesgo de depresión, ansiedad y suicidio.
Violencia familiar: La violencia en el entorno familiar, ya sea física, psicológica o sexual, es un factor de riesgo importante para el desarrollo de problemas de salud mental en la adolescencia.
Dificultades para afrontar situaciones difíciles: La falta de herramientas y apoyo para afrontar situaciones difíciles, como rupturas sentimentales, problemas familiares o académicos, puede aumentar la vulnerabilidad emocional de las adolescentes.
Estigma social: El estigma asociado a los problemas de salud mental puede impedir que las adolescentes busquen ayuda profesional, lo que agrava su situación.
Bajo nivel socioeconómico: La falta de recursos económicos puede limitar el acceso a servicios de salud mental y aumentar el estrés familiar, lo que impacta negativamente en la salud mental de las adolescentes.
Es fundamental estar atentos a las señales de alerta y buscar ayuda profesional si se detecta algún signo de depresión, ansiedad o ideación suicida en una adolescente. La detección temprana y el tratamiento adecuado son cruciales para prevenir tragedias y promover el bienestar emocional de las jóvenes.