Sarna o escabiosis: ¿Qué es y cómo se trata?
La sarna o escabiosis es una enfermedad de la piel altamente contagiosa causada por el ácaro Sarcoptes Scabiei. Este ácaro excava en la capa más externa de la piel creando surcos donde deposita sus huevos, provocando una reacción alérgica que deriva en un picor intenso, especialmente durante la noche.
El contagio se produce principalmente por contacto directo de piel con piel, aunque también puede transmitirse a través de objetos como ropa, sábanas o toallas.
Tipos de sarna
Existen diferentes tipos de sarna, siendo los más comunes:
Sarna clásica: Es el tipo más frecuente y se caracteriza por un picor intenso y la aparición de lesiones rojas alrededor del ombligo, axilas, senos, glúteos, dedos y muñecas. En niños, las lesiones también pueden aparecer en la cabeza, palmas de las manos y plantas de los pies.
Sarna costrosa: Se da en personas con sistemas inmunitarios debilitados. La infestación es mucho mayor, con miles o millones de ácaros. El picor puede ser leve o incluso inexistente, pero las lesiones son más extensas, con placas gruesas y escamosas en las articulaciones de los dedos, codos y cresta ilíaca.
Tratamiento para la sarna
El tratamiento de la sarna siempre debe ser indicado por un médico y debe realizarse de forma simultánea en la persona afectada y en sus contactos estrechos, incluso si no presentan síntomas.
Los tratamientos más comunes son:
Crema de permetrina al 5%: Se aplica en todo el cuerpo, dejándola actuar durante al menos 8 horas. El tratamiento se repite a los 7 días. Es segura para su uso durante el embarazo y la lactancia.
Vaselina azufrada: Es una fórmula magistral que se aplica durante 3 días seguidos. También es segura durante el embarazo y la lactancia, pero su fuerte olor puede resultar desagradable.
Ivermectina por vía oral: Se administra en dosis única y suele repetirse a los 7 días. Es el tratamiento de elección en casos de brotes o en personas con sistemas inmunitarios debilitados. No se recomienda su uso durante el embarazo y la lactancia.
Consejos para prevenir el contagio
Además del tratamiento farmacológico, es fundamental seguir estas medidas para prevenir el contagio:
Lavar la ropa de cama, toallas y prendas de vestir a una temperatura mínima de 60ºC.
Si no se puede lavar la ropa a alta temperatura, se debe guardar en una bolsa cerrada durante al menos 15 días.
Evitar el contacto directo con personas infectadas.
No compartir ropa, toallas o sábanas con personas infectadas.
Es importante recordar que el picor puede persistir durante varias semanas después del tratamiento. Se recomienda el uso de cremas hidratantes y emolientes para aliviar el picor. En caso de duda, consulta siempre con tu médico o farmacéutico.