Sarna o escabiosis: esto es lo que debes saber
La sarna o escabiosis es una infestación cutánea contagiosa causada por el ácaro Sarcoptes Scabiei, que excava la capa más externa de la piel haciendo surcos, y ahí deposita sus huevos.
Las lesiones que aparecen en la piel se deben tanto a los surcos realizados por los parásitos como a la respuesta inflamatoria que se origina debido a una hipersensibilización a los ácaros, a su saliva o excrementos.
El contagio se produce por contacto persona a persona, aunque también existe el riesgo de contagio por fómites, es decir, a través de objetos como ropa, sábanas, etc. Los ácaros no sobreviven fuera de nuestra piel más de 48 o 72 horas.
El síntoma característico es prurito o picor intenso, haciéndose más notable durante la noche. Los síntomas suelen aparecer entre 3 y 6 semanas después del contagio.
Los tipos de sarna
Podemos distinguir varios tipos de esta patología:
Sarna clásica: se produce en pacientes con una respuesta inmunitaria normal. El número de ácaros hembra que infestan el cuerpo no superan los 15-20. Se caracteriza por prurito intenso, lesiones rojas que aparecen alrededor del ombligo, en axilas, senos, glúteos o dedos, incluyendo espacios interdigitales y muñecas. En niños suelen aparecer también lesiones en la cabeza, palmas de las manos y plantas de los pies. Las lesiones originalmente son pequeñas y la madriguera o “surco acarino” aparece como una línea marrón-gris de 0,5 a 1 cm.
Sarna costrosa: ocurre en pacientes con una respuesta inmunitaria alterada. En este caso, la infestación es de miles o millones de ácaros hembra. En este caso, el prurito es leve o está ausente, y las lesiones son más generalizadas, en forma de placas de color amarillo-marrón y cubiertas por escamas y costras que aparecen en las articulaciones de los dedos, codos y cresta iliaca.
Tratamiento de la sarna
El tratamiento de la sarna va dirigido al paciente y contactos estrechos, realizándose de forma simultánea, aunque no haya síntomas.
Los tratamientos más utilizados son:
Crema de permetrina al 5 %: se aplica en capa fina por todo el cuerpo, haciendo hincapié entre los dedos y debajo de las uñas y dejándola actuar al menos 8 horas. No hay que lavarse las manos después de la aplicación. El tratamiento se repetirá a los 7 días. Puede usarse durante el embarazo y la lactancia.
Vaselina azufrada: es una fórmula magistral con azufre entre 2-10 %. Se aplica igual que la permetrina, durante 3 días seguidos. Puede usarse durante el embarazo y lactancia, pero su mal olor es una desventaja.
Ivermectina por vía oral: es el tratamiento de elección en comunidades con alta prevalencia o brotes institucionales. Se administra en dosis única, 200 microgramos por kg de peso corporal, y suele repetirse una segunda dosis a los 7 días. No puede emplearse durante el embarazo y la lactancia.
¡Lava tu ropa!
La ropa de cama, toallas y prendas de vestir deben lavarse a 60ºC o dejarlas en una bolsa cerrada durante 15 días.
Dado que el picor puede tardar en desaparecer de 2 a 4 semanas tras el tratamiento, se recomienda aplicar cremas emolientes e hidratantes, antihistamínicos H1 o corticoides de baja potencia si lo anterior no fuera suficiente.
Es importante evitar el rascado de la piel, ya que las lesiones rascadas se pueden infectar.
Recuerda: ante cualquier duda, pregúntale siempre a tu farmacéutico o médico de confianza.