La televisión, los móviles y las tabletas se han convertido en compañeros habituales en la vida de muchos niños. Si bien estos dispositivos pueden ofrecer entretenimiento y algunos beneficios educativos, es fundamental gestionar adecuadamente su uso para garantizar el bienestar y desarrollo de los más pequeños.
La televisión y el desarrollo infantil
El uso excesivo de la televisión puede tener consecuencias negativas en la salud física, mental y social de los niños. Algunos de los riesgos asociados a un uso inadecuado de las pantallas son:
El sedentarismo y la obesidad infantil. La falta de actividad física y el tiempo prolongado frente a la pantalla aumentan el riesgo de sobrepeso y obesidad en la infancia.
Trastornos del sueño. La luz azul emitida por estos dispositivos puede interferir en la producción de melatonina, hormona que regula el sueño, provocando dificultades para conciliar el sueño y alteraciones en el descanso.
Problemas de atención y aprendizaje. La sobreestimulación visual y auditiva puede afectar a la capacidad de concentración, atención y aprendizaje de los niños.
Retraso en el desarrollo del lenguaje. La interacción social y la comunicación cara a cara son fundamentales para el desarrollo del lenguaje en los niños. El uso excesivo de pantallas puede limitar estas interacciones y afectar al desarrollo lingüístico.
Consejos para un uso saludable de la televisión
Establecer límites de tiempo de uso de acuerdo a la edad del niño. La Academia Americana de Pediatría recomienda evitar el uso de pantallas en menores de 18 meses, excepto para videollamadas. Para niños de 2 a 5 años, se recomienda limitar el uso a una hora diaria de contenido de alta calidad. A partir de los 6 años, es importante establecer límites consistentes y adecuados a las necesidades de cada niño.
Fomentar actividades alternativas al uso de pantallas. Es fundamental promover actividades al aire libre, el juego creativo, la lectura y la interacción social para un desarrollo integral.
Controlar el contenido que ven los niños. Es importante seleccionar programas y aplicaciones apropiados para su edad, evitando contenidos violentos o inapropiados.
Ver la televisión en familia y convertirla en una oportunidad para compartir tiempo de calidad y fomentar el diálogo.
Establecer normas claras sobre el uso de dispositivos electrónicos en el hogar, como por ejemplo, no utilizarlos durante las comidas o antes de dormir.
Es importante recordar que los padres y cuidadores juegan un papel fundamental en la educación digital de los niños. Establecer hábitos saludables desde temprana edad ayudará a los niños a disfrutar de los beneficios de la tecnología de forma segura y responsable.