Varices y consejos farmacéuticos
En este último videoconsejo de la serie “Tu Farmacéutico Informa” que estamos realizando sobre la enfermedad venosa crónica y su signo más conocido, las varices, nos vamos a centrar en diversos consejos que podemos ofrecer desde la Farmacia para un correcto abordaje de la enfermedad, así como para aliviar sus síntomas y para evitar que la patología empeore.
Por las farmacias españolas pasan cada día más de 2 millones de personas, razón por la cual los farmacéuticos desempeñan un papel importante de prevención, detección, educación y tratamiento de enfermedades.
En el caso concreto de la enfermedad venosa crónica, los farmacéuticos atienden a personas de riesgo y se encuentran situaciones ante las que pueden intervenir mejorando la calidad de vida de los pacientes.
Consejos para evitar la progresión de las varices
Algunas recomendaciones generales para evitar que las varices vayan a más son, por ejemplo:
Evitar permanecer de pie durante mucho tiempo, especialmente en personas con antecedentes familiares.
Descansar y reposar con los pies elevados.
Aprovechar cualquier circunstancia para mover las piernas.
Elegir el deporte adecuado para activar su circulación venosa.
Evitar el sobrepeso, la obesidad y la vida sedentaria.
No usar ropa demasiado ajustada.
Usar medias de compresión siguiendo las indicaciones de los profesionales sanitarios y en función del grado de las varices.
Utilizar zapatos cómodos, evitando tacones altos, así como los zapatos planos en la medida de lo posible.
Aplicar duchas de agua fría en las piernas o emplear geles de efecto frío mediante masajes suaves en sentido ascendente que favorezca la circulación de la sangre.
Varices y consejos sobre su tratamiento
Seguir correctamente las pautas farmacológicas en caso de tener prescrito un tratamiento venotónico es fundamental. Es decir, debemos ser adherentes y cumplir la duración del tratamiento.
Desde la farmacia se realiza también una importante labor de derivación al médico en aquellos casos necesarios, como por ejemplo:
Aquellas personas que pertenecen a algún grupo de riesgo como son las mujeres embarazadas o en periodo de lactancia.
Personas inmovilizadas.
Aquellos pacientes que tienen síntomas claros de enfermedad venosa crónica y que nunca han sido diagnosticados.
Quienes presentan signos de alarma, como varices con dolor, edemas, inflamación, sangrado, cambio de color o del aspecto de la piel de las piernas, úlceras, flebitis o trombosis.
Y, por supuesto, si tenemos sospecha de problemas relacionados con los medicamentos, alergias, problemas de efectividad/seguridad o de enfermedades concomitantes.
Finalmente, y no nos cansaremos de repetirlo, la enfermedad venosa crónica es una enfermedad inflamatoria, crónica y progresiva, por lo que es importante tratarla desde el inicio de los síntomas y desde el origen de la enfermedad, antes de que vaya a más.