¿Qué es la diarrea asociada a los antibióticos y qué otros efectos puede tener este tipo de medicamentos sobre la microbiota? Te lo contamos.
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Microbiota TV¿Qué es la diarrea asociada a los antibióticos y qué otros efectos puede tener este tipo de medicamentos sobre la microbiota? Te lo contamos.
Los antibióticos han sido reconocidos como uno de los mayores avances médicos del último siglo, junto con las vacunas, salvando millones de vidas en todo el mundo.
Su eficacia contra diversas infecciones bacterianas, incluso las más graves, ha marcado un hito en la historia de la medicina. Sin embargo, su mal uso y abuso indiscriminado plantean un riesgo creciente: el desarrollo de resistencias, especialmente en grupos vulnerables como los ancianos.
Es crucial comprender que los antibióticos no son eficaces contra infecciones virales, como catarros o gripes. El mal uso de estos medicamentos aumenta las resistencias y puede tener consecuencias devastadoras en aquellos que más los necesitan. Por ende, seguir las indicaciones del médico y farmacéutico es esencial, y nunca se debe interrumpir el tratamiento sin consulta médica.
La DAA, caracterizada por un aumento en el número de deposiciones, a menudo de menor consistencia, es un efecto secundario común de los antibióticos. Esta condición puede manifestarse desde el inicio del tratamiento hasta semanas después. Los síntomas varían desde diarrea leve y autolimitada hasta casos graves de colitis con fiebre alta y peritonitis, poniendo en riesgo la vida del paciente.
La DAA es frecuente, y afecta aproximadamente a un tercio de la población que consume antibióticos, siendo más común en niños y ancianos.
Este fenómeno se atribuye a la alteración de la microbiota intestinal, un ecosistema vital que no solo combate las infecciones, sino que también desempeña un papel fundamental en el sistema inmunitario y la nutrición.
La asociación de antibióticos con alteraciones en la microbiota intestinal ha llevado a explorar estrategias para contrarrestar estos efectos negativos. El uso de probióticos se ha destacado como una opción efectiva para restaurar y reequilibrar la microbiota afectada por los antibióticos, reduciendo así el riesgo de desarrollar diarrea.
No todos los probióticos son iguales, y es fundamental elegir aquellos respaldados por evidencia científica.
Se ha demostrado en numerosos ensayos clínicos que algunos probióticos son eficaces en la prevención de la DAA. Iniciar el tratamiento con probióticos desde el comienzo de la toma de antibióticos y mantenerlo hasta la finalización es crucial para maximizar sus beneficios.
En resumen, cada vez que se consume un antibiótico, se debería considerar la asociación con un probiótico respaldado por evidencia científica. Este enfoque es seguro para todas las edades, desde jóvenes embarazadas hasta ancianos, y puede ser clave para reducir la incidencia de enfermedades crónicas no transmisibles, como la obesidad, la diabetes o las alergias.
La toma de probióticos, correctamente espaciada de los antibióticos, se presenta como una estrategia prometedora para preservar la salud de nuestra microbiota y, por ende, nuestro bienestar general. Es fundamental consultar al médico o farmacéutico para recibir orientación específica, especialmente en casos de inmunodepresión.
que es la diarrea asociada a los antibióticos y qué otros efectos sobre nuestra microbiota pueden tener los antibióticos? Los antibióticos son eficaces contra muchas infecciones, por lo que se considera que es uno de los mayores avances médicos del último siglo. Junto con las vacunas, han salvado millones de vidas en todo el mundo. Suelen ser eficaces frente a muchas infecciones bacterianas, algunas muy graves, no debiendo emplearse en infecciones víricas como los cuadros catarrales y la gripe. Su mal empleo y abuso indiscriminado está aumentando las resistencias a los mismos, sobre todo en aquellos grupos de población que más lo pueden necesitar, como son los ancianos con infecciones graves, con las nefastas consecuencias que esto nos puede acarrear en un futuro como cualquier medicamento, es fundamental seguir las indicaciones del médico y farmacéutico, no debiéndose interrumpir el tratamiento si no es por prescripción facultativa. La diarrea asociada a los antibióticos es la aparición del aumento del número de deposiciones, generalmente de menor consistencia, con la toma de los antibióticos, que puede aparecer desde el inicio del tratamiento hasta unas semanas después. Los síntomas que aparecen abarcan desde la diarrea leve y auto alimentada acompañada de dolor abdominal, que cede espontáneamente sin complicaciones, hasta cuadros graves de colitis con diarrea, abundante fiebre alta y peritonitis, pudiendo poner en peligro la vida del paciente. La diarrea asociada a los antibióticos ocurre muy frecuentemente calculándose que un tercio de la población lo padece cuando consume antibióticos, siendo más frecuente en niños y en ancianos. A veces es tan importante que nos pueden hacer suspender el tratamiento. Prácticamente todos los antibióticos, tanto si se administran por vía oral o inyectados, pueden desencadenarlo, pero es frecuente con aquellos de amplio espectro. Siendo en España la asociación de amoxicilina y ácido clavó único la causa más frecuente. Esto se produce porque los antibióticos alteran nuestra microbiota intestinal. Así, además de combatir los microorganismos que nos están provocando la infección como efecto colateral, también destruyen las bacterias beneficiosas que tenemos en nuestro intestino, pudiendo proliferar otras bacterias perjudiciales. Nuestra microbiota intestinal se comporta como todo un ecosistema que nos protege frente a las enfermedades infecciosas, pero también es importante para el sistema inmunológico. Nos refuerza frente a las alergias y enfermedades autoinmunes e interviene nuestra nutrición de una manera importante. Esto puede tener una importancia capital mientras nuestra microbiota se está desarrollando, sobre todo en los dos primeros años de vida. Hay factores beneficiosos como la lactancia materna, el parto natural o una alimentación equilibrada durante la primera infancia y otros perjudiciales, destacando el consumo de antibióticos. Hay estudios que han relacionado dado un abuso de los antibióticos durante la etapa del lactante, con mayor probabilidad de padecer alergias, asma, dermatitis atópica, obesidad, diabetes, esclerosis múltiple, enfermedad inflamatoria intestinal o enfermedad celíaca. En un futuro, cómo se pueden prevenir estos efectos? Desde hace años es conocido el empleo de probióticos para restaurar la microbiota alterada por el consumo de antibióticos y por ello su asociación reduce el riesgo de diarrea, siendo un tratamiento cada vez más afectado y extendido por parte de médicos y farmacéuticos, protegiendo nuestra microbiota en las edades tempranas de la vida, unido a unos hábitos de vida saludables, seguramente disminuirá la incidencia de enfermedades crónicas no transmisibles como la obesidad, la diabetes o las alergias. Sobre qué probiótico elegir? Hay que decir que no todos los probióticos son iguales y sólo algunos han demostrado en numerosos ensayos clínicos que son eficaces. Por último, hay que señalar que es muy importante iniciar el tratamiento con el probiótico desde que empezamos a tomar el antibiótico y mantenerlo como mínimo hasta que acabamos con él. La toma del probiótico debe espacia se al menos dos o tres horas del antibiótico para evitar que éste minimice sus efectos. Si se trata de un lacto vacilo, aunque si es una levadura, se puede dar simultáneamente. En resumen, siempre que consumamos un antibiótico deberíamos asociarlo a un probiótico con la mayor evidencia científica. Cualquier grupo de población puede beneficiarse de sus efectos beneficiosos, siendo seguro para embarazadas, niños y ancianos. Sólo en determinados casos, como en los pacientes inmunodeprimidos, se debería evitar su empleo, aunque debe ser el médico farmacéutico el que aconseje o no su tratamiento.