En este vídeo vamos a descubrir y analizar algunos de los mitos que circulan sobre la gripe y el resfriado. Ambos procesos pueden compartir una serie de síntomas, diferenciándose en que en el caso de la gripe es más frecuente e intensa la aparición de dolor de cabeza y de fiebre, además de que los síntomas de la gripe se pueden prolongar más días. Ninguna de las dos infecciones suele requerir un tratamiento farmacológico específico, sino solamente abordaje sintomático con analgésicos, antitérmicos, antitusivos o descongestionantes.
Mitos sobre la gripe y el resfriado
1. Los antibióticos te mejorarán si tienes gripe o resfriado. Esto es FALSO. Los antibióticos no sirven para la gripe o el resfriado. No mejoran los síntomas, ni aceleran la curación. Los antibióticos son eficaces ante infecciones causadas por bacterias, no por virus como es el caso de la gripe o el refriado. Además, no deben usarse, ya que el uso de antibióticos sin necesidad conlleva el riesgo de reacciones adversas, pero, sobre todo, de que surjan y se expandan resistencias de las bacterias a estos fármacos… lo que supone un gran problema de salud pública.
2. La gripe es inocua y pasajera, y no tiene grandes complicaciones. FALSO. No por ser común tiene que ser leve. La gripe es una de las infecciones respiratorias de mayor relevancia desde un punto de vista epidemiológico y sanitario. Según los últimos datos disponibles del Sistema de Vigilancia de la Gripe en España, que estima que durante la temporada 2019-2020 (antes de la pandemia por COVID-19) la gripe causó 619.000 casos confirmados en atención primaria, 27.700 hospitalizaciones con gripe confirmada, 1.800 ingresos en UCI con gripe confirmada y 3.900 muertes atribuibles a gripe.
3. No se puede prevenir la gripe ni el resfriado. FALSO. La prevención es una medida necesaria y eficaz, y existen medidas de higiene adecuadas para evitar el contagio, entre ellas, las más útiles son: el lavado frecuente de manos con agua y jabón, taparse la boca y nariz al estornudar o toser, toser sobre el codo mejor que sobre la mano o limpiarse con pañuelos de papel y desecharlos tras su utilización. Aunque no hay vacuna frente al resfriado o catarro común, no debemos olvidar la campaña anual de vacunación frente a la gripe, dirigida a población de riesgo. Nos referimos específicamente a personas mayores de 65 años, niños entre los 6 meses y los 5 años, embarazadas y enfermos crónicos —incluidos los pacientes con cáncer o personas con infección por VIH, entre otros—, así como personas con capacidad para transmitir la enfermedad, como los profesionales sanitarios o los profesores.
4. Si vas descalzo o sales con el pelo mojado a la calle, coges frío y te constipas. No hay evidencias científicas que lo demuestren, sino todo lo contario: hay estudios que demuestran que NO ES VERDAD. El virus no entra por la piel de los pies, ni el frío por sí solo es suficiente para producir un catarro. El resfriado se debe a una infección que se produce cuando el virus entra por la boca o la nariz —en menor medida, por los ojos—, es decir, a través de una mucosa. Este virus puede transmitirse desde una persona infectada a otra sana a través de las gotitas de saliva que expulsamos al toser o al hablar o si tocamos superficies contaminadas con éstas y luego nos llevamos las manos a la boca o nariz. Lo que sí hace el aire frío al pasar por la nariz es una vasoconstricción de la mucosa y una disminución de la defensa inmunitaria que puede favorecer y facilitar la entrada de los virus y el contagio. Pero es condición necesaria que entremos en contacto con otra persona enferma.
5. El zumo de naranja ayuda a prevenir y curar el catarro. Este es un mito sobre la alimentación, en el que se escucha que los alimentos ricos en vitamina C, como las naranjas, ayudan a prevenir y curar el catarro. Pero no se ha demostrado científicamente que reduzca la incidencia de los resfriados ni que afecte a su duración. Si bien está claro que llevar una alimentación saludable, una dieta variada, se traduce en un mejor estado físico y, por tanto, se tienen mejores condiciones ante cualquier enfermedad.