El aparato digestivo humano es un sistema complejo que necesita la ayuda de bacterias y otros microorganismos para funcionar correctamente. Estos microorganismos forman la microbiota intestinal, también conocida como flora intestinal, y tienen una gran influencia en la salud y el bienestar humano.
¿Para qué necesita la microbiota nuestro organismo?
Las enzimas del aparato digestivo humano son capaces de digerir proteínas, azúcares y grasas, pero no pueden procesar adecuadamente los vegetales enteros o cocinados. Es aquí donde entran en juego las bacterias que tienen la capacidad de descomponer y deshacer los nutrientes presentes en las verduras, de manera que el cuerpo humano pueda absorberlos.
Esta simbiosis entre las bacterias intestinales y el cuerpo humano es fundamental para mantener una dieta equilibrada. Los microorganismos nos ayudan a procesar los nutrientes de los vegetales que no podemos digerir por nuestra cuenta, mientras que nosotros les proporcionamos un lugar para vivir.
Otro punto importante es que las bacterias que habitan en el intestino forman parte del mundo exterior, aunque estén dentro de nuestro cuerpo. Para evitar que se propaguen por todo el cuerpo, el intestino está forrado de células de defensa, como los linfocitos y leucocitos, que forman nuestro sistema inmune. Así, el sistema inmunológico aprende a distinguir entre las bacterias amigables y las peligrosas.
La microbiota también juega un papel importante en la digestión de los alimentos de origen vegetal, ya que las bacterias y virus que la componen ayudan a descomponer y procesar los nutrientes que se encuentran en estos alimentos. Además, estas bacterias ayudan a formar y entrenar nuestro sistema inmunológico para que tenga una mayor capacidad de defensa.
En resumen, la microbiota intestinal es esencial para mantener una buena salud y bienestar. Los microorganismos que la componen nos ayudan a procesar los nutrientes de los alimentos de origen vegetal, y a entrenar nuestro sistema inmunológico. Por lo tanto, es importante cuidar de nuestra microbiota intestinal mediante una alimentación equilibrada y el uso de probióticos y prebióticos que favorezcan el crecimiento y la diversidad de bacterias intestinales beneficiosas.