La salud digestiva puede mejorar al cuidar de nuestro microbioma intestinal, un conjunto de microorganismos cruciales para nuestra salud. Infórmate aquí.
Francisco Guarner Aguilar
Digestivo
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Nuestra salud digestiva puede mejorar significativamente al cuidar de nuestro microbioma intestinal, un conjunto de microorganismos cruciales para nuestro bienestar.
El microbioma no solo reside en nuestro cuerpo, sino que contribuye de manera esencial a la supervivencia del conjunto microbial y anfitrión. Experimentos realizados en la segunda mitad del siglo XX en Estados Unidos, Francia, República Checa y Rusia, demostraron la influencia vital del microbioma en la salud digestiva.
Experimentos destinados a criar animales en ambientes libres de gérmenes revelaron que una vida sin microbios no era normal.
A pesar de dietas especiales, los animales sin colonización microbiana crecían menos que sus contrapartes colonizadas. La administración de microbiota viva a estos animales mejoraba su nutrición, demostrando que la colonización microbiana contribuye significativamente a la nutrición del organismo anfitrión.
En el ser humano, la microbiota intestinal aporta alrededor de seiscientos mil genes y veinte mil funciones. Estos recursos genéticos y vías metabólicas adicionales nos permiten digerir adecuadamente alimentos de origen vegetal no degradables por las enzimas pancreáticas.
La microbiota en el colon desbloquea nutrientes contenidos en las células de alimentos vegetales, facilitando la digestión de alimentos como tomates, guisantes, pimientos, nueces y otros.
La composición de la microbiota intestinal no es estática a lo largo de la vida. Cambios en la dieta y la falta de sustratos adecuados pueden afectar la actividad de los microorganismos que digieren alimentos vegetales. Dietas pobres en productos vegetales se asocian con baja diversidad microbiana y afectan la capacidad de digerir alimentos de origen vegetal, pudiendo causar mala tolerancia en dietas restrictivas.
Es esencial cuidar nuestro microbioma intestinal mediante una alimentación variada. Las dietas ricas en productos vegetales favorecen la diversidad microbiana, contribuyendo a la salud digestiva y mejorando la capacidad de aprovechar los nutrientes esenciales.
La conexión entre la salud digestiva y el microbioma destaca la importancia de adoptar hábitos alimenticios que fomenten un equilibrio beneficioso para nuestra microbiota y, en última instancia, para nuestra salud general.
podemos mejorar nuestra salud digestiva. Sí podemos mejorar nuestra salud digestiva cuidando bien de nuestro microbioma intestinal. El microbioma es el conjunto de microorganismos que viven en un ecosistema, incluyendo las interacciones, actividades y productos que contribuyen a la supervivencia de todo el conjunto microbio y anfitrión. Es interesante comprobar que la contribución del microbioma a la salud digestiva quedó ya clara en experimentos que se realizaran en la segunda mitad del siglo XX en Estados Unidos, En Francia, República Checa, Rusia los investigadores estaban interesados en desarrollar sistemas para criar ratones u otros animales de experimentación en ambientes libres de gérmenes. El objetivo era ver si sería posible vivir sin contacto con los microbios. El ideal era una vida sin gérmenes y se suponía que sería una vida sin enfermedades. Se hizo posible la vida? He Free, sí, pero los animales no eran normales. Para conseguir que los animales Jen Free sobrevivieran, fue necesario desarrollar y diseñar dietas especiales muy completas y variadas en todo tipo de vitaminas y otras sustancias micronutrientes. Y aun así, los animales Jen Fe crecían menos que los animales colonizados. En cambio, si se le administraba microbiota viva de animales colonizados, el pienso habitual más monótono en contenidos, ya conseguía toda la variedad de nutrientes. Obviamente, estos experimentos demostraron ya en los años sesenta y setenta del siglo pasado que la colonización microbiana del tubo digestivo contribuye de modo significativo a la nutrición del organismo anfitrión. Hay microbios que nos ayudan a obtener nutrientes de los alimentos que comemos. Hoy sabemos que en el individuo humano la microbiota intestinal aporta unos seiscientos mil genes que codifican enzimas para unas veinte mil funciones. Son recursos genéticos y vías metabólicas adicionales a las que tenemos como seres humanos y nos permite digerir de manera adecuada la mayoría de los alimentos de origen vegetal que no son degradables por la acción de las enzimas del páncreas. Con la contribución metabólica del microbioma en el colon logramos acceso a nutrientes que están contenidos dentro de las células de los alimentos vegetales. No podríamos aprovechar todo lo que aportan los tomates, guisantes, pimientos, berenjenas, cebollas, zanahorias, nueces y un larguísimo etc. Sin una microbiota rica en funciones metabólicas. Pero esta datación de genes microbianos puede no ser permanente a lo largo de la vida. La composición de la micro intestinal cambia y los cambios pueden afectar a los microorganismos que digieren vegetales si no aportamos en nuestra dieta los sustratos que facilitan su actividad. Sabemos que las dietas pobres en productos vegetales se asocian con va diversidad microbiana del intestino y la baja diversidad afecta a la capacidad de digerir alimentos de origen vegetal y puede ocasionar mala tolerancia cuando se sigue una dieta restrictiva para evitar síntomas digestivos. Es posible que en muchos casos se esté agravando el problema por la pérdida de los recursos metabólicos que aporta el microbioma. La METABOLÓMICA está demostrando que los metales que circulan por nuestra sangre y se distribuyen por todo el organismo dependen no sólo de lo que comemos, sino también del microbioma que albergamos en el tubo digestivo. Dos personas comiendo lo mismo pueden estar obteniendo distintos nutrientes según la composición y la capacidad metabólica de su microbioma. Hay que cuidar el microbioma intestinal con una alimentación variada en productos vegetales
Francisco Guarner Aguilar
Digestivo