Presbicia: ¿Qué es la vista cansada?
La presbicia, también conocida como presbiopía o vista cansada, es una condición fisiológica que se desarrolla con la edad y afecta la capacidad de nuestros ojos para enfocar objetos cercanos.
Esta condición se produce debido al endurecimiento gradual del cristalino, que es la lente natural del ojo responsable de enfocar la luz en la retina para una visión clara. A medida que envejecemos, el cristalino pierde flexibilidad, lo que dificulta su capacidad para cambiar de forma y adaptarse para enfocar objetos a diferentes distancias.
¿A quién afecta la presbicia?
La presbicia es una condición extremadamente común que afecta a una gran parte de la población a medida que envejece. Se estima que entre el 70% y el 80% de las personas mayores de 40 años experimentan algún grado de presbicia.
Síntomas de la presbicia
Los síntomas de la presbicia suelen aparecer gradualmente y pueden incluir:
Dificultad para enfocar objetos cercanos: Las letras pueden parecer borrosas al leer, especialmente en condiciones de poca luz.
Necesidad de alejar los objetos para verlos con claridad: Se puede tender a estirar los brazos para leer o realizar tareas que requieren visión de cerca.
Fatiga visual: La vista cansada puede provocar dolores de cabeza, fatiga ocular y tensión ocular, especialmente después de leer o usar dispositivos digitales durante períodos prolongados.
Dificultad para cambiar el enfoque entre distancias: Puede resultar difícil cambiar rápidamente el enfoque entre un objeto cercano y uno lejano.
Tratamiento para la presbicia
Aunque la presbicia es una parte natural del envejecimiento y no se puede prevenir por completo, existen opciones de tratamiento eficaces para corregir la visión de cerca y mejorar la calidad de vida de las personas afectadas.
Gafas de lectura: Las gafas de lectura son la solución más común y accesible para la presbicia.
Lentes multifocales: Las lentes multifocales, como las lentes bifocales, trifocales o progresivas, permiten ver con claridad a diferentes distancias sin necesidad de cambiar de gafas.
Cirugía refractiva: En algunos casos, la cirugía refractiva, como la cirugía LASIK o la implantación de lentes intraoculares, puede ser una opción para corregir la presbicia de forma permanente.
Es fundamental consultar a un oftalmólogo o óptico-optometrista para obtener un diagnóstico preciso y determinar el tratamiento más adecuado para cada caso.