No soy yo, eres tú. Seguro que más de una ocasión has estado envuelto en una relación que se asimilaba más a una montaña rusa que a un nos estamos conociendo. Y si no, seguro que le ha pasado a un amigo. Este tipo de relaciones, efectivamente, provocan una especie de subidón.
Es más, normalmente, suelen hacerlo desde el primer momento, debido a las circunstancias en las que conocemos a esa persona. Por ejemplo, bajo alguna condición adversa o esa persona representa todos los rasgos que no buscamos en una pareja, en cierto modo, la relación prohibida. Aún así entramos ahí.
Interpretamos que esto debe ser el amor apasionado, pero es lo que sentimos en realidad. Es inquietud y euforia intercambiándose en el tiempo. A partir de ahí se establece un sistema de recompensas intermitentes. Los momentos buenos se valoran de manera excesiva y todo comienza a sentirse intensamente. Aquí entra en acción el efecto Romeo y Julieta.
¿Qué es el efecto Romeo y Julieta?
El efecto Romeo Julieta es un fenómeno que se da en aquellas parejas que alimentan la sensación de enamoramiento en la continua exposición a dificultades, generando más inestabilidad y a la vez más deseo. En esta relación que se va estableciendo tiene bastante peso el efecto de la liberación de dopamina en todo nuestro sistema.Esta situación genera una sensación similar a la adicción. Es complicado salir de aquí, pero se puede.
¿Cómo identificar el efecto Romeo y Julieta?
El primer paso es tomar conciencia de la situación en la que estamos y cómo nos está haciendo sentir y reformular toda la idea que tenemos del amor. Porque al final recuerda que el amor no es sufrimiento, es paz mental. Las aguas mansas al final son las más profundas.
Es importante identificar también qué perfiles nos convienen y pueden estar disponibles emocionalmente para nosotros y cuáles, definitivamente, no. Si no acabaremos depositando nuestro amor en personas que no nos van a poder corresponder, llevándonos a situaciones donde quizá ni nosotros mismos seamos capaces de reconocernos. Pero esto no dice mucho de ti. Dice mucho de la incapacidad entre ambos como pareja de cara a no repetir. En el futuro estate más atento a las señales y si esa persona no funciona contigo, finaliza antes de implicarte afectivamente.
Recuerda que al final no pasa nada por decir que no soy yo, eres tú el que no me cuadra.