Cómo controlar el colesterol alto

Todo lo que debes saber sobre cómo controlar el colesterol alto, descubre los distintos tipos de colesterol y algunos consejos para bajar los niveles del malo.

El colesterol en exceso es malo, pero la presencia de este es muy importante. El colesterol cumple un papel importante en diversas funciones imprescindibles para que nuestro organismo funcione correctamente.

Por ejemplo, el colesterol actúa como un escudo protector en la piel, transformando la radiación solar en vitamina D, y además, las hormonas sexuales están relacionadas con el colesterol, donde hormonas como la progesterona, testosterona o los estrógenos no podrán fabricarse sin una cantidad mínima de colesterol en nuestro cuerpo.

Es importante destacar que una gran parte del colesterol que poseemos lo fabrica nuestro cuerpo de forma natural, pero aproximadamente un 20% depende de nosotros.

Entonces, como bien se sabe, el colesterol puede ser tanto bueno (en cantidades adecuadas) como malo (en exceso). Cuando el colesterol alto no tiene origen genético (lo que se conoce como hipercolesterolemia familiar), una dieta pobre en grasas , especialmente en grasas saturadas , permite controlar el colesterol, pero si por el contrario se consumen muchos azúcares, por ejemplo, puede subir a niveles indeseables.

¿Cuándo hay colesterol alto?

Primero empecemos separando el colesterol en bueno (HDL) y malo (LDL). Por un lado, como su nombre lo indica el colesterol bueno es importante, ya que se hace cargo del exceso de colesterol y lo devuelve al hígado para que sea eliminado.

Por otro lado, el colesterol malo es, como lo puedes imaginar, perjudicial ya que se aloja en las paredes de las arterias, aumentando el riesgo de enfermedades cardiovasculares. En adición a los tipos de colesterol, también tenemos a los triglicéridos, que al igual que el colesterol malo, pueden estrechar las paredes de las arterias.

El principal problema de una hipercolesterolemia (colesterol alto) es que puede aumentar el riesgo de sufrir de enfermedad coronaria. Cuando el depósito de colesterol en las paredes de las arterias va aumentando y se va estrechando aún más, hace que la sangre no circule de forma fluida, resultando en un mayor trabajo para el corazón.

Si en el peor caso, la arteria se termina de “tapar” por el exceso de colesterol, los riesgos son mayores, ya que la persona puede sufrir de un infarto de miocardio o un infarto cerebral o ictus. Ahora tienes más ganas de controlar el colesterol, ¿verdad? Pero es recomendable realizarse una evaluación para conocer tus concentraciones de colesterol.

Pero ¿cuándo hay colesterol alto? La Fundación Española del Corazón establece los siguientes niveles:

  • Niveles totales de colesterol en la sangre:

Menos de 200 mg/dL = Deseable (menor riesgo)

200 a 239 mg/dL = Límite elevado (mayor riesgo)

240 mg/dL y superior = Colesterol en la sangre elevado (más del doble de riesgo que el nivel deseable)

  • Niveles de colesterol HDL:

Menos de 40 mg/dL en hombres = HDL bajo (mayor riesgo)

Menos de 50 mg/dL en mujeres = HDL bajo (mayor riesgo)

40 a 59 mg/dL = Cuanto más elevado, mejor

60 mg/dL y superior = HDL elevado (menor riesgo)

  • Niveles de colesterol LDL:

Menos de 70 mg/dL = Objetivo opcional si tiene un riesgo muy alto de ataque al corazón o muerte por ataque al corazón.

Menos de 100 mg/dL = Óptimo para personas con enfermedades del corazón o diabetes

100 a 129 mg/dL = Cerca o por encima del nivel óptimo

130 a 159 mg/dL = Límite elevado

160 a .189 mg/dL = Elevado

190 mg/dL y superior = Muy elevado

Según los niveles establecidos se puede afirmar que una persona con un colesterol de 240 tiene, frente a otra con 200 de colesterol, el doble de posibilidades de sufrir de un infarto.

Consejos para controlar el colesterol

La alimentación, el control del peso y la actividad física son claves para mantener a raya los niveles de colesterol.

La [dieta mediterránea es un excelente aliado contra el colesterol alto, pero debes prestar particular atención a lo siguiente:

  • No a las grasas trans. Como parte de las grasas malas, lo más conveniente es evitar aquellos alimentos ricos en grasas trans.

  • Sí a las grasas buenas. Así como se deben evitar las grasas malas, sí se deben incluir (moderadamente) las grasas buenas, a través de alimentos como pescado azul ( rico en Omega 3). También aportan «grasas buenas» el aceite de oliva y el aceite de semillas.

  • Cuidado con los productos de origen animal. Si tus concentraciones de colesterol ya son altos, el régimen es un poco más estricto y debes reducir al máximo los alimentos de origen animal, como el huevo, los lácteos enteros, la carne roja y las vísceras. Inclínate por carne de pollo.

  • Cocina sin grasa. Mejora tus hábitos de cocina prefiriendo métodos como la cocción, el vapor, la plancha, el horno, el asado.

  • Amígate con las frutas y verduras. La fruta y la verdura son parte fundamental de la dieta para reducir el colesterol. También los frutos secos como las nueces y las legumbres (al menos tres raciones a la semana), deben ser parte importante de tu dieta.

  • Cereales integrales y fibra. Decántate por las opciones integrales, son más saludables que las alternativas normales y te ayudaran a bajar el colesterol.

Por otro lado, la actividad física regular (como caminar a paso ligero unos 30 minutos cada día) ayuda a mantener o a disminuir el peso corporal, aunque también puede aumentar el «colesterol bueno» (HDL) y disminuir el «colesterol malo» (LDL) y los triglicéridos.

Redacción: Edith Gómez | Editora en Gananci.