Cada día, de 80.000 a 100.000 jóvenes de todo el mundo se convierten en adictos al tabaco. Son cifras de la Asociación Española contra el Cáncer (A.E.C.C) que revela que el 39,7% de los fumadores tienen entre 16 y 24 años. Para hacer frente al continuo bombardeo publicitario de las tabacaleras dirigiéndose a los jóvenes, la A.E.C.C ha diseñado una nueva estrategia. Según su presidenta, Cecilia Plañiol, "a los jóvenes no les afectan tanto los mensajes que van dirigidos a prevenirles de algo que dañará su salud", por lo que ahora su compaña apela "al aspecto físico del joven": fumar no sólo mata, también daña nuestra imagen y provoca rechazo.
Dientes carcomidos, chimeneas humanas, ropas impregnadas de un hedor insoportable. Así presenta a los jóvenes fumadores y fumadoras el nuevo spot antitabaco de la A.E.C.C. Bajo el lema El tabaco perjudica seriamente… tu aspecto personal , quiere evitarse que los más jóvenes se inicien en el consumo de tabaco. Una medida de urgencia pues la edad media en la que un español fuma por primera vez ha descendido hasta los 13,3 años y casi el 95% de los fumadores empiezan a fumar antes de los dieciocho.
A la presión de las campañas y promociones de las tabacaleras, hay que sumar el fácil acceso de los jóvenes al tabaco y su bajo precio en comparación con otros países de la UE. La permisividad de los padres y la adhesión de los amigos acaban multiplicando el riesgo. Como afirma Plañiol: si el joven tiene padres fumadores, la probabilidad de que ellos lo sean se multiplica por dos, pero si además sus amigos fuman, el riesgo se multiplica por veinte».
La muerte detrás del negocio
Gracias a la naturaleza adictiva del tabaco, las compañías tabacaleras tienen asegurada que un nuevo fumador le será «fiel» durante aproximadamente 30 años. Muchos dejarán de serlo cuando una enfermedad les impida seguir fumando. Y cada vez son más y son más jóvenes quienes enferman de patologías como el cáncer de pulmón debido al tabaco.
La American Cancer Society calcula que se diagnosticarán este año 80.000 nuevos casos de cáncer de pulmón en todo el mundo, de los que 67.000 acabarán en muerte. Lo que supone una creciente pérdida de clientes y la necesidad por parte de las tabacaleras a abrir nuevos sectores de mercado. Otro dato preocupante es que las mujeres son las principales víctimas, ya que el riesgo de contraer cáncer de pulmón es casi el doble en las mujeres fumadoras que en el caso de los hombres fumadores.
Pero lo peor es que la decisión de empezar a fumar y de seguir haciéndolo es totalmente voluntaria. Y cada cigarrillo que se ha consumido, hace más difícil cortar el hábito de fumar, por lo que la A.E.C.C ha querido centrar su lucha en los más jóvenes.
La necesidad de un mayor control
Víctor López, portavoz del Comité Nacional de Prevención del Tabaquismo, señala que los objetivos principales de su lucha son proteger a los menores de edad de la publicidad «abusiva que les lleva a empezar a fumar sin tener si quiera capacidad para elegir y proteger también a toda la sociedad contra los costes sociales del tabaco».
Por ello, esta organización pretende prohibir la publicidad en los puntos de venta que no sean estancos y controlar la venta a través de máquinas expendedoras, que «no están controladas ni por los dueños de los establecimientos, ni por nadie», lamenta Víctor López, «fomentando el fácil acceso a los jóvenes». Otra de las medidas con repercusiones a corto plazo sería subir el precio del paquete de cigarrillos, ya que el bajo nivel adquisitivo de los jóvenes frenaría la iniciación al consumo y provocaría más intentos de dejar de fumar. «Tenemos los cimientos, pero nos falta construir el puente para reducir las muertes por tabaco y ésta puede ser una medida esencial», sentencia López.
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