Los niños con Trastorno del Espectro Autista suelen presentar con frecuencia síntomas intestinales como diarrea, estreñimiento o gases en la zona abdominal, que se suelen asociar con alteraciones en la composición de la microbiota intestinal. Es lo que llamamos disbiosis. Esto se ha confirmado en diversos estudios.
Esta disbiosis puede incluso relacionarse con la gravedad del autismo, aunque no está presente en todos los niños con Trastorno del Espectro Autista. Esto es debido a que los datos disponibles no nos permiten definir un perfil característico de la microbiota de estos pacientes, ya que los resultados son de momento contradictorios. Y esto, tal vez, sea debido a la falta de calidad de muchos de los estudios realizados.
Además, es común que estos niños tengan:
Problemas de alimentación: suelen ser selectivos con las texturas.
Muchas veces, están sometidos a dietas estrictas sin ningún rigor científico.
A veces, tienen tendencia al sobrepeso cuando llegan a la adolescencia.
Incluso consumen medicamentos que les quitan el apetito.
¿Cómo pueden mejorar su microbiota los niños con Trastorno del Espectro Autista?
La utilización de dietas adecuadas o el empleo de probióticos nos abre una puerta a la esperanza, al beneficio que puede aportar la modificación de la microbiota intestinal en las enfermedades con alteraciones del comportamiento como el autismo.
¿Es bueno que los niños con Trastorno del Espectro Autista tomen probióticos?
Ya hay algún estudio serio con el uso de alguna cepa específica que ha mejorado tanto los síntomas gastrointestinales como los de la conducta, aunque estos en menor grado en los niños con Trastorno del Espectro Autista. También ha habido algún ensayo utilizando la transferencia fecal.
¿Qué hay que tener en cuenta?
Aunque se han sugerido resultados prometedores, se requieren más ensayos clínicos bien diseñados, aleatorizados y controlados con placebo para validar la eficacia de los probióticos en el tratamiento del Trastorno del Espectro Autista, identificando cepas, dosis y duración de tratamiento apropiados.
Por este motivo, es necesario mantener la cautela, ya que uno de los objetivos principales para estos niños con Trastornos del Espectro Autista y adolescentes es la de mejorar su calidad de vida y no debemos caer en el error de crear falsas esperanzas tanto a pacientes como a familiares.