La luz natural tiene un papel importante para regular el sueño
La luz es el regulador más importante de los ciclos sueño-vigilia en el ser humano. Cuando el cerebro percibe la presencia de luz natural, lo toma como señal para estar despierto y alerta.
Eso sí, aunque la luz es el sincronizador más importante, tenemos otros, como la actividad física, los horarios sociales o los horarios de comidas. Por otro lado, cuando estamos en condiciones de oscuridad, el cerebro interpreta que debe iniciar el sueño.
La exposición a la luz solar hace que nuestros ritmos de sueño-vigilia interiores se sincronicen con el entorno, es decir: se sincroniza nuestro ritmo biológico interno con el ritmo exterior.
¿Cómo se regula el sueño con la luz natural?
Es muy interesante la manera en la que se producen estos cambios en el cerebro humano, pues son muy similares a lo que ocurre en el cielo.
Por la mañana, cuando amanece, el sol se va elevando, y la luz que desprende va siendo cada vez más intensa, hasta alcanzar su punto máximo.
A lo largo de la tarde, la luz del sol se hace más débil, va cayendo hasta que llega la noche, momento en el que hay muy poca luz en condiciones naturales.
Lo que ocurre en nuestro cerebro es bastante similar: el cerebro despierta poco a poco, hasta alcanzar su punto de máxima alerta. Por la tarde, al igual que ocurre en el cielo, las sustancias promotoras de la vigilia van dando lugar a las sustancias que promueven el sueño, por lo que comenzamos a sentirnos somnolientos al anochecer.
Debemos destacar que, desde la invención de la electricidad, el ser humano ha podido crear falsas condiciones de luz a avanzadas horas de la noche, lo cual resulta confuso para nuestro cerebro. Como el cerebro no se apaga apretando un interruptor, sino que debe tomarse su tiempo para que las sustancias que provocan el sueño poco a poco vayan dando lugar a la sensación de somnolencia que hará que nos quedemos dormidos.
Luz natural vs. luz artificial
Es importante saber que para nuestro cerebro no es igual la exposición a la luz natural del aire que la luz interior. Para nuestro cerebro es mucho más potente la luz directa del sol como señal reguladora de sueño y promotora de la vigilia. Por ello, estar expuestos a la luz solar natural va a ser beneficioso para nuestro sueño, ya que generaremos mayores contrastes entre luz y oscuridad día-noche. Es, por tanto, muy saludable pasar tiempo al aire libre.
También debemos reflexionar sobre el grado de luz natural que tienen los espacios escolares o los espacios de trabajo en los que pasamos gran parte del día. Con mucha frecuencia, estos lugares no cuentan con luz natural suficiente, lo que hace que tengamos pasar muchas horas bajo luz artificial. Esta exposición artificial hace que la luz percibida por nuestro cerebro sea menor, por lo que la capacidad de generar contraste es menor. Esto puede favorecer la aparición de problemas de sueño.
Así que, recuerda: la luz es el regulador sueño/vigilia más importante en el ser humano. También es importante seguir los ritmos de luz y oscuridad, al igual que ocurre en el cielo. Saca tiempo para disfrutar de la luz natural si quieres favorecer tu calidad de sueño.
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