Solo se debe cambiar de leche si los problemas con la lactancia artificial son evidentes. Saber si el bebé está tomando la cantidad de leche suficiente, los gases o el estreñimiento son algunos de los problemas con la lactancia artificial que preocupan con más frecuencia a los padres.
Consejos para la lactancia artificial
El **Dr. Jesús Garrido (Mi Pediatra Online) **ofrece en este vídeo buenos consejos para garantizar la correcta alimentación del niño.
Cantidad adecuada de leche
La cantidad de leche no debe ser un problema con la lactancia artificial. «Si le das el biberón y se lo acaba, prepara un biberón más grande», indica simplemente el pediatra. Para saber cuándo el niño se ha alimentado correctamente, simplemente basta con observarlo: «Llega un momento que no quiere más y lo suelta».
A continuación, el Dr. Garrido resuelve dudas en torno a algunas preocupaciones frecuentes e infundadas:
Ensanchamiento del estómago. Es normal, forma parte del crecimiento del niño y, durante la lactancia, es beneficioso porque permite reducir la frecuencia de las tomas.
Empachos. Los niños autorregulan su alimentación. Si en un momento, se siente lleno, rechazará la toma y dejará pasar más tiempo hasta volver a comer.
Gases y ansiedad
En caso de que el niño coma con mucha ansia, al darle nuevas cantidades de leche en las primeras tomas del recien nacido cada vez que la pide, dejará de comer con ansiedad, pues esta es fruto de la sensación del bebé de que debe comer para no pasar hambre hasta la siguiente toma. Esta es también la mejor forma de evitar los** gases**. «Prepara los biberones de forma que siempre sobre», recomienda el doctor.
Intolerancia a la leche
Cuando a un bebé no le sienta bien la leche, principalmente, se debe a dos motivos:
Alergia a las proteínas de la leche de la vaca. Podemos identificarla por síntomas como: vómitos, molestias en la barriga tras las tomas, irritación en el culete al hacer caca, dificultad para dormir.
Intolerancia a la lactosa. Se identifica con síntomas tales como: muchos gases, barriga muy hinchada y caca ácida, maloliente y con mucha irritación en el culete.
En estos casos, la solución pasa por cambiar el tipo de leche: una leche hidrolizada, en el caso de la alergia y una sin lactosa, para la intolerancia
Bocanadas
Mientras los vómitos y el reflujo implican molestias para el bebé, las bocanadas no lo son: «Cuando el lactante echa leche y se queda a gusto, es una bocanada», apunta el Dr. Garrido. No importa la cantidad de leche que expulse ni la frecuencia: «Si el bebé gana peso y no tiene molestias, no tienes que hacer absolutamente nada«, refiere el pediatra.
Estreñimiento
Con la lactancia materna, no se produce estreñimiento, pero, con la lactancia artificial, sí puede haberlo. Los niños digieren mejor unas leches que otras. En algunos casos, absorben demasiado bien los nutrientes y, como resultado, sus heces son duras. Esto puede ocasionar dolor de barriga o molestias a la hora de hacer caca. Cuando esto ocurre, existen leches antiestreñimiento que sirven para hacer la caca más fluida y que desaparezcan las molestias.
Eso sí, la recomendación del Dr. Garrido es clara: «Cuando no hay problema evidente, no se debe cambiar la leche«. ¿La razón? La flora intestinal del bebé se adapta a cada tipo de leche. Cada vez que cambiamos de marca, se altera la flora del bebé. «Si haces un cambio de leche y las características de la caca, el olor o el color se mantienen, todo esta bien; sin embargo, si aparecen molestias, hemos metido la pata con el cambio», concluye el pediatra.
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