La dieta durante el embarazo es importante porque las necesidades nutricionales durante esa etapa aumentan respecto a una mujer no embarazada. No significa que debemos comer por dos, pero sí aumentar la ingesta de ciertos nutrientes para asegurar el desarrollo del feto y el correcto funcionamiento del embarazo.
Los principales nutrientes comprometidos son el hierro, el cual es crucial para evitar la anemia del embarazo. Las embarazadas deben prestar atención a los alimentos ricos en hierro, como carnes e hígado, y combinar alimentos vegetales con vitamina C para mejorar la absorción del hierro.
El hierro es importante para evitar la anemia en el niño, ya que la leche materna es deficitaria en hierro, y el niño debe nacer con suficientes depósitos de hierro en el hígado. Durante el parto se pierde mucha sangre, por lo que es importante que la mujer no llegue con anemia. Otro nutriente esencial es el ácido fólico, que previene defectos del tubo neural como la espina bífida. Es crucial que las mujeres tengan un buen aporte de ácido fólico antes de quedarse embarazadas, ya que estos defectos ocurren en las primeras semanas del embarazo. Los alimentos ricos en ácido fólico incluyen legumbres y alimentos verdes como lechuga y espinacas.
Las proteínas también son importantes para la dieta durante el embarazo, ya que ayudan a formar el feto, la placenta y las estructuras corporales de la madre y el niño. En general, una embarazada debe llevar una dieta equilibrada y utilizar alimentos con alta densidad de energía que no sean muy calóricos, es decir, que aporten muchos nutrientes y no tantas calorías. Las proteínas son uno de los tres macronutrientes existentes.