Anomia, cómo recuperar el habla tras un ictus
Existen estrategias y facilitadores que pueden ayudar a quienes padecen anomia a mejorar su comunicación con los demás. Te lo contamos.
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Existen estrategias y facilitadores que pueden ayudar a quienes padecen anomia a mejorar su comunicación con los demás. Te lo contamos.
Recuperar el habla tras un ictus es posible. La anomia es un síntoma que se caracteriza por la incapacidad para acceder al léxico, lo que se traduce en dificultades para denominar personas u objetos. Todos hemos experimentado en algún momento de nuestras vidas esa sensación de tener "la palabra en la punta de la lengua". Este problema puede manifestarse en diversos casos, desde simples lapsus relacionados con la edad hasta síntomas más graves asociados con alteraciones del lenguaje, como en el caso de las afasias, resultado de lesiones neurológicas.
Cuando la anomia es un síntoma de una alteración del lenguaje, las personas tienden a utilizar estrategias como circunloquios o muletillas para describir el objeto o la idea que desean expresar.
Estas compensaciones son continuas y buscan superar los bloqueos comunicativos que experimentan.
Cómo recuperar el habla tras un ictus
La anomia puede generar una sensación frustrante y, en muchos casos, limitar la capacidad de comunicarse de manera efectiva, ya que la persona afectada conoce el significado de lo que desea decir pero se ve incapaz de expresarlo oralmente.
Afortunadamente, si quieres saber cómo recuperar el habla tras un ictus, existen estrategias y facilitadores que pueden ayudar a quienes padecen de anomia a acceder a las palabras y mejorar su comunicación con el entorno. A continuación, presentaremos algunos de estos facilitadores.
Estrategias para recuperar el habla tras un ictus
Te contamos algunos trucos que te pueden ayudar si no sabes cómo recuperar el habla tras un ictus:
1 Proporcionar la pista fonológica inicial: cuando notemos que la persona está bloqueada al intentar expresar una palabra, podemos ofrecerle la primera sílaba o el sonido inicial de dicha palabra. Por ejemplo, si quiere decir "leche" y se encuentra atascada, podemos decirle "Le" y permitirle que complete la palabra.
2. Introducir la palabra a través de un enunciado previo: otra estrategia útil es ofrecer una descripción o contexto que incluya la palabra que la persona quiere decir. Por ejemplo, si el bloqueo es con "leche", podemos decirle "El alimento líquido que proviene de la vaca" y darle tiempo para que complete la frase.
3. Proporcionar definiciones o descripciones del objeto o persona: en el caso de la palabra "leche", podríamos darle más pistas como "alimento líquido rico en calcio que se obtiene de los mamíferos" y dar tiempo para que complete la información.
Es importante adaptar el tipo de facilitador según el grado de alteración del lenguaje que presente cada persona. Con estas herramientas, podemos disminuir la frustración y ansiedad que provoca la anomia, lo que mejorará la comunicación con el entorno y la calidad de vida del paciente.
Superando la anomia
La anomia puede ser un síntoma desafiante para quienes han experimentado lesiones neurológicas o problemas del lenguaje. Sin embargo, con la aplicación adecuada de facilitadores y estrategias, es posible mejorar la comunicación y reducir la frustración asociada a esta dificultad.
Es fundamental contar con la ayuda y el apoyo de profesionales de la salud especializados en rehabilitación del lenguaje para adaptar las estrategias a las necesidades individuales de cada paciente.
Además, el acompañamiento afectivo y comprensivo de los familiares y el entorno cercano es clave para facilitar el proceso de recuperación y promover una mayor autonomía en la vida diaria.
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Transcripción del Audio
La anomia es un síntoma que se caracteriza por la incapacidad para acceder al léxico. Es decir, la incapacidad para denominar el nombre de personas objeto es algo que todos hemos podido experimentar en algún momento de nuestra vida. Cuando al querer decir algo no nos ha salido la palabra, es a lo que nos referimos cuando decimos que se nos ha quedado la palabra en la punta de la lengua. Esta dificultad puede aparecer en diversos caso. Como ha apuntado, pueda aparecer en Can es un simple lapsus por la propia vejez o, en caso más grave, puede aparecer como síntoma de alguna alteración del lenguaje secundario, una lesión neurológica, como en el caso de las afasia. En el caso de estas últimas, en las que la anomia es un síntoma de alteración del lenguaje, la persona que lo padecen tienden a hacer uso de una serie de estrategia como son los circunloquios, muletillas tienen a describir el objeto en cuestión, Todo ello para hacerse entender y paliar y compensar estos bloqueos, que son continuos. La anomia provoca una sensación muy frustrante y en muchos casos incapacita notablemente, ya que estas personas en todo momento saben lo que quieren decir, pero se ven incapaces de producirlo de forma oral. Nosotros podremos ayudar a acceder a la palabra a través de algunos facilitadores. Para eso es importante que sepamos a lo que se refiere a un facilitador sería ofrecerle la pita fono lógica inicial de la que quiera emitir. Es decir, darle la primera sílaba de la palabra. Si por ejemplo, no quiere decir la palabra leche, cuando veamos que se produce el bloqueo le diremos Le y le daremos tiempo para que complete la palabra. Otro facilitador sería introducir en la palabra a través de un enunciado previo, por ejemplo, con el mismo ejemplo de leche podremos decirle a la vaca es el animal que gala y le daremos tiempo para que complete la frase. Otro posible facilitador sería proporcionarle la definición descripción, contextualización del objeto persona. En el caso de la leche, le daré amb le podremos decir alimento líquido que proviene de la vaca y le daremos tiempo para que complete la frase. Dependiendo del grado de alteración del lenguaje, haremos uso de uno u otro facilitador. Con estas ayudas que podemos ofrecerle a esta persona, conseguiremos disminuir la frustración y ansiedad que provoca esta alteración, mejorando la comunicación con su entorno.
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